Eden Hazard marcó la diferencia con el Real Madrid ante el Huesca. Sin hacer un gran partido, pero desatascándolo, el belga abrió el marcador en el minuto 40 de partido con un golazo. Un mísil con su zurda imparable para Andrés Fernández y que rondó los 90 kilómetros por hora. Una demostración de fuerza, potencia y calidad que vuelve a ilusionar al madridismo después de una primera temporada marcada por las constantes lesiones.
Hazard demostró que pese a estar más de un año prácticamente en el dique seco, no ha perdido la calidad que le llevó a fichar por el Real Madrid. Cuando los blancos más lo necesitaban, apareció y adelantó a los suyos con un fogonazo a la altura del crack que es. Cogió un balón en la zona de tres cuartos de campo, se dio media vuelta, armó su pierna en las proximidades del área y no dio tiempo al meta a reaccionar.
El potente disparo alcanzó una velocidad que rondó los 90 kilómetros por hora. A una distancia de 27, 2 metros de la portería, Hazard no se lo pensó y probó suerte con el objetivo de adelantar a los blancos ante un bien plantado Huesca que apenas estaba dando opciones. Poco más de un segundo es lo que tardó el balón en cruzar la línea desde que salió de las botas del atacante madridista.
Hazard se exhibe en su primeros minutos en el Alfredo di Stéfano con un mísil que no es más que una prueba de la calidad y la potencia que atesora en sus piernas. Cualidades a tener en cuenta de cara a los momentos clave, en los que se espera que sea un futbolista diferencial. Por el momento, ante el Huesca, lo fue en la primera oportunidad que le dio Zidane partiendo de inicio.
Se trata del segundo gol de Hazard desde que se vistiese la elástica blanca en el verano de 2019. En anterior, lo marcó hace más de un año, ante el Granada en el Santiago Bernabéu. Desde aquel gol, las lesiones han impedido que aparezca con asiduidad. Ahora, una vez recuperado de la última, ha vuelto a la titularidad y ha demostrado que sigue siendo un futbolista a tener en cuenta en los momentos decisivos, capaz de desatascar un encuentro con una acción aislada.