El Real Madrid cumple dos meses de la nueva era de Xabi Alonso. Después de una última temporada irregular con Carlo Ancelotti, el técnico tolosarra llegó con las ideas claras de que el conjunto blanco necesita una revolución de principio a fin. Un lapso de tiempo que, aunque sea corto, ha servido para conocer las primeras pinceladas de cómo quiere que sea el nuevo fútbol del Santiago Bernabéu.
Lo primero que grabó en la mente de los jugadores es que la identidad del juego se trabaja en lo táctico y el esfuerzo colectivo. Una regla intangible que se instaló desde el primer entrenamiento que dirigió en Valdebebas. Mientras conocía a sus nuevos jugadores, Xabi alertó de la necesidad que tenía el equipo de tener sangre nueva en sus filas.
Talento joven que impulsase al equipo a subir la marcha con un Mundial que ya se echaba encima. Es por ello que el Real Madrid se movió rápido para cerrar las llegadas de Dean Huijsen y Alexander Arnold. Dos refuerzos que rápidamente se instalaron en la titularidad gracias a la rápida adaptabilidad que les dio Xabi para que cayeran de pie en la máxima exigencia del club blanco. Tuvo que sobreponerse a que otros no llegasen, como fueron Franco Mastantuono y Álvaro Carreras, pero eso no impidió ver grandes actuaciones en Estados Unidos.
El experimento del Mundial, un trabajo que no fue en vano
No tuvo el tiempo que le hubiese gustado, y más teniendo un equipo que venía de estar con las pilas agotadas y sin su máxima estrella del equipo, Kylian Mbappé, que no pudo jugar hasta cuartos de final por un cuadro agudo de gastroenteritis.
Aun así, pudo sacar cosas muy positivas del torneo. Su debut no fue el esperado, marcado por un empate ante el Al Hilal que sembraba preocupación, pero esa cara no tardó en cambiar. En la segunda jornada ante el Pachuca se puso con un jugador menos al poco de empezar, pero su inteligencia se hizo notar en el campo a la hora de reestructurar las piezas.
Los jugadores entendieron que el esfuerzo colectivo debía ser un nuevo mandamiento y los frutos no tardaron en aparecer. Una victoria de mucho mérito que puso la primera piedra del camino. Ante el Salzburgo dieron toda una exhibición de juego ofensivo y lo que pocos esperaban es que su apuesta por Gonzalo iba a explotar tan pronto. El delantero del Castilla gozó de la oportunidad sin la presencia de Kylian ni Endrick, y respondió acabando Pichichi del torneo.
Ante el Borussia Dortmund el camino siguió recto, pero el sueño terminó contra el PSG, que venía de ser campeón de la Champions. Sin un Mbappé en plenas facultades, un Huijsen que asombraba por su inteligencia en la defensa y un Arnold lesionado; el Real Madrid cayó por un doloroso 4-0 marcado por errores individuales. Pese a todo, el trabajo de Xabi Alonso llenó las arcas del Bernabéu después de su gran inversión.
Xabi Alonso, el hombre que quiere cambiar el Real Madrid
El próximo 4 de agosto volverá a los entrenamientos para empezar una nueva temporada con mucho trabajo por hacer. Con las salidas de Luka Modric y Lucas Vázquez, a Xabi Alonso le quedan conversaciones por tener.
Uno de los grandes culebrones es saber qué pasará con Rodrygo. En las últimas semanas ha sonado con fuerza su marcha a la Premier después de que no tuviese relevancia en el Mundial. Otros también están en el aire, como los casos de Raúl Asencio, Endrick, Ceballos, David Alaba y Ferland Mendy, y el canterano es el que más dudas le da a Xabi por su idea de instalar su esquema de tres centrales.
Otros, en cambio, parece que gozarán de mayor protagonismo del que gozaron con Carletto, como Arda Güler y Gonzalo. El turco se ha convertido en la pieza angular del mediocampo y el delantero ha hecho méritos para dar descanso en el ataque. La fecha marcada en el calendario es el próximo 18 de agosto en la primera jornada de Liga ante el Osasuna. El Santiago Bernabéu al fin podrá conocer a su nuevo entrenador y ver de cerca cuál será el rumbo que coja el nuevo proyecto de Xabi para hacer que el Real Madrid vuelva a lo más alto.