El Real Madrid culminó su semana fantástica en Euroliga con una contundente victoria ante el CSKA (97-81), el actual campeón de la competición que cayó a manos de un Deck colosal que fue la estrella del partido con 17 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias. El argentino cuajó su mejor partido con la camiseta blanca y fue vital para que los de Laso sumaran su séptima victoria en la máxima competición continental.
Tras vencer con holgura al Khimki el pasado martes y con un bagaje de 6-3 en Euroliga, el Real Madrid saltó al parqué con la intención de vengarse del CSKA y de paso ir mejorando las estadísticas en la Euroliga. Aquella semifinal de la pasada Final Four de Vitoria, donde el CSKA remontó a los de Pablo Laso aún estaba en la memoria y qué mejor que una victoria ante la afición para redimirse.
Por ello, Campazzo lideró un inicio demoledor del Real Madrid en el primer cuarto (anotó siete puntos y repartió tres asistencias con 10 de valoración) en el que llegó a tener una diferencia de nueve puntos. Tras realizar un parcial de 2-11, el CSKA recortó diferencias y los primeros diez minutos acabaron con un 23-19 luciendo en el luminoso.
Después de un correcto primer cuarto del Real Madrid, el CSKA espabiló e incluso se puso por delante. A esto había que sumarle el desquicio con los árbitros. Pero como ha sucedido en mil y una ocasiones, cuando peor estaba el equipo, aparecieron Rudy y Lull para, con 11 puntos entre ambos, volver a poner al equipo blanco por delante antes del descanso (52-48).
Tras el paso por los vestuarios, el CSKA acumuló más de cuatro minutos sin anotar y eso lo aprovechó un Real Madrid liderado por Deck para abrir brecha en el marcador. Finalmente, el equipo de Laso se fue al último cuarto con una diferencia de 15 puntos (66-51). El partido estaba encarrilado. En los últimos minutos, el CSKA intentó recortar diferencias pero ahí apareció Llull para confirmar la victoria madridista (97-81).