No se lo podía perder y no se lo perderá. Sergio Ramos regresa cuando más falta le hace al Real Madrid. Cuando los hombres de Zidane se lo juegan todo. Ganar al Borussia Mönchengladbach y estar en octavos de final de la Champions o perder y el abismo. Lo desconocido. Por primera vez caer en la fase de grupos y el ridículo deportivo más notable en la historia reciente de la entidad. Y este trago los de Zidane no lo tendrán que afrontar sin el central, un hombre capital dentro del campo.
El Real Madrid es uno con Ramos y otro sin él. Varane es uno con el capitán y otro sin él. Todos son mejores cuando el camero está en el césped y bajan su nivel sin él. El pasado 17 de noviembre, durante la disputa del encuentro perteneciente a la Liga de las Naciones que midió a España y Alemania en el estadio de La Cartuja, antes del descanso Sergio caía lesionado y el corazón del madridismo se encogía. Con un calendario por delante tremendamente complicado, tener que afrontarlo sin el defensa lo dificultaba todo mucho. El equipo fue capaz de empatar ante el Villarreal y de ganar en Milán al Inter, lo que tranquilizó a todos en un primer momento, aunque pronto las cosas se empezaron a torcer.
Derrota frente al Alavés en el Di Stéfano y batacazo en Kiev ante el Shakhtar Donetsk. Un tropiezo de esos que pueden marcar el camino de la temporada. Y es que, los blancos necesitaban ganar para cerrar su pase a octavos de final de la máxima competición continental y todos la daban por segura. De hecho, Ramos se quedó en Madrid para no forzar y terminar de recuperar a la perfección su bíceps femoral derecho. Pero los de Zidane se congelaron en Ucrania, Varane volvió a ser el Varane que se ve demasiado a menudo cuando no está acompañado del ‘4’ y el Real Madrid perdió un partido que provoca que el duelo ante los alemanes sea una auténtica final donde Sergio estará y, sobre todo, tratará de sostener a sus compañeros para no tener que lamentar una eliminación con sabor a fracaso y ridículo.
Sin Ramos no hay paraíso
Los números, como el algodón, no engañan y dicen que sin Sergio Ramos en el césped el Real Madrid es menos Real Madrid en la Champions. Sin el escudo del capitán en el centro de la defensa los blancos solamente han sido capaces de ganar dos de los últimos nueve encuentros. Uno que no valía para nada la temporada pasada ante el Brujas en Bélgica y otro que se pensaban que era definitivo para no tener que vivir el duelo ante el Mönchengladbach como una auténtica final no por el título, que esa quién sabe si la jugarán los madridistas en mayo, sino por la supervivencia en su competición. Donde son los reyes y los grandes dominadores.
La primera vez que el Real Madrid se dio cuenta que sin Ramos se vive peor fue en 2018, camino de la Decimotercera. Tras dejar aparentemente sentenciado el pase a semifinales de aquella Champions ganando 0-3 a la Juventus en Turín, el capitán forzó una amarilla que le llevaría a perderse la vuelta en el Bernabéu, pero le permitiría estar tranquilo en semifinales. El plan parecía perfecto, pero con lo que nadie contaba es que en la vuelta los italianos se aprovecharían de las debilidades defensivas de los blancos para llegar a empatar el cruce. En el descuento, un penalti de Benattia sobre Lucas que transformó Cristiano Ronaldo dio la clasificación a los de Zidane, que terminaron levantando el título en Kiev.
Al año siguiente los batacazos se multiplicaron por tres. Dos veces ante el CSKA en la fase de grupos y contra el Ajax en octavos, donde repitió la jugada que ya salió bien por los pelos un año atrás ante la Juventus. Otra amarilla provocada y goleada holandesa en la vuelta para dejar al campeón fuera de la máxima competición de clubes tres años después. El año pasado ganaron en Bélgica, aunque salieron del Parque de los Príncipes derrotados en el debut y cerraron su andadura europea en agosto ante el City en octavos con muy malas sensaciones. La noche más negra de Varane coincidió con el capitán en la grada del Etihad, ya que estaba sancionado por una roja que vio en la ida. Y esta temporada, derrota ante el Shakhtar Donetsk en el Di Stéfano y en Kiev, demostrando que sin Ramos la vida no es la misma. Por todo esto, ante los alemanes nadie quiere pensar que él no puede estar.