Gareth Bale se estrenó con LAFC, su nuevo equipo, pese a que no debutó en el derbi de Los Ángeles frente a los Galaxy. El futbolista galés vivió con intensidad desde la grada el encuentro, con victoria de los suyos, y no dudó en saltar al césped para una celebración inusual en él, en la que cogió el megáfono para dirigirse a la afición y fue empapado por sus compañeros, pletóricos por su llegada y por un triunfo importantísimo tanto en lo deportivo como en lo moral.
Esta actitud de Bale contrasta totalmente con la que se ha podido ver en su etapa completa en el Real Madrid, donde la discreción le dejaba en un segundo plano en la práctica totalidad de las celebraciones, sobre todo en sus últimos años como jugador merengue. Tampoco pudimos ver a Gareth hablando español en Madrid, algo de lo que se desquitó también en su primer día en Los Ángeles.