Sin Vinicius, Rodrygo ni Mbappé, Carlo Ancelotti arrancará la pretemporada del Real Madrid con una delantera de la EGB. Endrick, Güler y Brahim se confirman como los tres puntas titulares en el estreno del equipo blanco este 1 de agosto ante el Milan y también como la alternativa al temible tridente titular durante toda la temporada.
El Real Madrid está a punto de ponerse de largo ante la que puede ser la temporada más exigente de la historia. Ganar seis títulos será la aspiración máxima del equipo de Ancelotti, que disputará su primera final en apenas dos semanas, el 14 de agosto ante el Atalanta por la Supercopa de Europa. Llegarán luego la Liga, la Champions, la Supercopa de España, la Copa del Rey y terminará la temporada con el estreno del Supermundial de Clubes. La friolera de 72 partidos oficiales podría disputar el conjunto madridista si alcanza todas las finales.
Será una temporada criminal que comenzará en agosto y concluirá en julio, por lo que la profundidad de la plantilla será una de las claves de la supervivencia del Real Madrid. Un equipo que gravitará en torno a la figura de Kylian Mbappé, que aspira a zanjar en la temporada de su debut cualquier duda sobre la larga espera para verle vestido de blanco. A su lado, Vinicius y Rodrygo serán sus escuderos en ataque, con Bellingham como cuarto mosquetero.
Focos para Endrick
Pero la aportación del banquillo se antoja decisiva esta temporada para el Real Madrid y es ahí donde la EGB tendrá que dar un paso al frente. Todos los focos (o la gran mayoría) estarán puestos en el jovencísimo Endrick, el flamante último fichaje del equipo madridista que acaba de cumplir los 18 años y ya es internacional absoluto con Brasil. Un jugador diferente, de esos que nacen uno cada 20 años, llamado a hacer historia de blanco… y de amarillo.
Ancelotti tendrá en sus manos la siempre difícil labor de pulir un diamante en bruto. La grada, la prensa y hasta la cúpula del Real Madrid le susurrarán al oído que ponga a Endrick, pero el joven brasileño deberá ganarse los minutos. Su titularidad en la gira (sin Vinicius, Rodrygo ni Mbappé) parece garantizada. Si su rendimiento es bueno, tendremos el primer debate de la pretemporada.
La hora de Güler
Focos también sobrarán para Arda Güler, un jugador que se perdió media temporada el año de su debut en el Real Madrid, pero que acabó maravillando a todos con seis goles en 237 minutos en los últimos partidos de Liga. El mediapunta turco es un genio al que Ancelotti condenó al ostracismo en la segunda mitad de la temporada y sólo concedió minutos cuando el Real Madrid ya tenía en el bolsillo el campeonato nacional.
Esta temporada Arda Güler (y el club) quieren más. Ancelotti debe adelantarlo en el escalafón de minutos siempre que el turco, que también dejó destellos imponentes en la Eurocopa, siga respondiendo. El Real Madrid ha rechazado más de media docena de peticiones de cesión por Arda Güler de equipos que juegan la Champions, pero si no tiene minutos en los primeros meses de competición, podría replantearse el escenario.
Brahim, otra vez el tapado
Brahim es el tercero en discordia. Vuelve a comenzar la temporada como tapado, pero la campaña pasada su papel fue crucial en la consecución del doblete del Real Madrid. Tal día como hoy hace un año, Ancelotti no le quería en la plantilla e incluso habló con él para que se buscara equipo, pero Brahim se negó. Quería apurar su (última) oportunidad de triunfar en el Real Madrid. Y bien que lo hizo.
Inédito en los cinco primeros meses de competición, las dos lesiones consecutivas de Vinicius le abrieron las puertas de los minutos en el Real Madrid y Brahim las derribó. Velocidad, regate, desborde y gol. Todo eso aportó el mediapunta hispano-marroquí y se convirtió en uno más de la rotación de Ancelotti. Esta temporada, sin Joselu, pero con Mbappé y Endrick, debería aspirar a tener al menos igual protagonismo que el año pasado.
Tanto Endrick como Güler y Brahim, la EGB de Ancelotti, pasarán su particular selectividad en Estados Unidos. Si la superan, tendrán tiempo para doctorarse en el Bernabéu y quién sabe si algún día también podrán sentar cátedra.