Después de una acumulación de derrotas inusual en un equipo de su calibre –cuatro en los siete previos– y un triunfo gris en cuartos ante Río Breogán, el Real Madrid de Pablo Laso encontró por fin el camino buscado en las semifinales de Copa del Rey ante Iberostar Tenerife. Con sus todos activos disponibles aunque aún no al 100%, el conjunto blanco fue brillante, constante y efectivo en el mejor momento, justo antes del esperado Clásico en la final de Copa ante un Barcelona que destila inspiración y talento por los cuatro costados.
La mejor versión de 2022 del Madrid llegó en el momento justo. «En el mejor momento», se refieren desde el vestuario a la victoria, sobre todo en su forma, frente a Tenerife, uno de los equipos más sólidos de la competición española. Y razones no faltan. La primera, la consistencia y continuidad que tanto reclamaba Pablo Laso tras el encuentro ante Breogán. Después de perder tres de cuatro cuartos ante los lucenses –sólo se ganó el primero–, el Real completó el pleno ante Tenerife, siempre con parciales por encima de 20 puntos y dejando a su rival en eso y menos.
Otro de los reclamos del equipo era la suma de capacidades de los secundarios, apagados ante Breogán y en la gira previa a la Copa, donde el Madrid no logró dar con la tecla. En la semifinal, Taylor, Thompkins o Rudy aportaron sobradamente en defensa y, sobre todo, en ataque, a la espera de que Deck pueda dar ese paso adelante o que Poirier o Yabusele puedan dañar la zona del Barça junto al coloso Tavares. En el base Heurtel está de dulce y ante sus ex tiene una cuenta pendiente que aún no ha podido saldar.
Recuperadas la defensa y la mentalidad
Las derrotas que venían como lastre del Madrid de cara a la Copa se habían producido en gran medida por bajones en defensa, pero en Granada, el nuevo proyecto de Laso vuelve a ver en su propio aro una de sus señas de identidad. Con un Abalde enchufado en estas lides y Taylor de vuelta como especialista, la batería de jugadores que pueden dotar de un plus físico al equipo es numerosa, contando con Tavares como inmejorable ancla y Heurtel, Llull o Thompkins como contrapunto a este Real tan muscular.
Este cóctel de buenas sensaciones ha podido mantenerse gracias a la fortísima mentalidad de equipo en la que han trabajado Pablo Laso y su cuerpo técnico en un bache del que parece que el equipo ha salido más fuerte. Ahora llega su bestia negra de la temporada, con tres derrotas en los últimos tres partidos, y el Madrid tiene lo sucedido en la Supercopa en su mira para convencerse de que es posible el triunfo y que con esta gran versión del equipo tumbar al Barcelona en el Clásico y hacerse con la Copa del Rey es posible.