Willy Hernangómez será uno de los protagonistas de la final de la Copa del Rey. El pívot del Barcelona disputará su primera final con la camiseta azulgrana y lo hará contra su equipo de formación, el Real Madrid, en un domingo donde deberá sobreponerse a la previsible mezcla de sentimientos que le acechan para ofrecer su mejor versión. Si lo consigue y levanta el trofeo, lo hará por segunda vez… y con una camiseta distinta.
Y es que el mayor de los Hernangómez formaba parte de la plantilla del Real Madrid que conquistó la Copa 2016 en Coruña. El equipo entrenado en aquel momento por Pablo Laso se impuso al Gran Canaria de Aito García Reneses con el mexicano Gustavo Ayón como MVP. El bisoño Willy no jugó ni un minuto en aquella final y unos meses más tarde, tras formar parte del quinteto joven de la ACB, voló rumbo a la NBA.
La siguiente ocasión que jugó en el baloncesto español ya fue siete años más tarde y con la camiseta del Barça, donde ya se ha convertido en un ídolo, con ese amor especial que se profesa a los jugadores que decidieron pasarse al bando archienemigo.
«Es algo que me tiene impactado porque es algo a lo que no estaba acostumbrado en los últimos años. Ir al Palau y ver muchas camisetas mías, de que la gente me transmita tanto cariño… Ha sido así desde el primer día que llegué a Barcelona y lo he tomado como una motivación diaria para mejorar cada día. La forma de devolver mi cariño a los culés es dar lo mejor de mí y lo voy a seguir haciendo», garantizó Willy nada más barrer de la pista al Tenerife en semifinales.
La primera vez que volvió al WiZink Center vestido con el uniforme del equipo catalán, el pívot se llevó una pitada de época, con esa inquina especial que se profesa a los jugadores que decidieron pasarse al bando archienemigo. Este domingo al menos se quitara esa carga de encima, ya que la final se disputa en territorio neutral, el Martín Carpena de Málaga.
«Va a ser un partido difícil y muy físico. El Real Madrid está a un gran nivel. Tenemos que estar súper bien, muy sólidos a ambos lados de la pista, aprovechar nuestras ventajas y sobre todo confiar en nuestro trabajo. Y a disfrutar de la final. Siento ilusión y mucha motivación. Sabemos el nivel que tiene el Real Madrid, pero yo confío mucho en este equipo y lo vamos a dar todo. Esta final nos hace muchísima ilusión a todos y en especial a mí, al ser la primera final que juego con el Barça», reconoció.
Aliado con Jan Vesely, a ambos les espera una exigente pelea por dominar los cielos contra Walter Tavares y Vincent Poirier. De momento, Málaga está siendo propicia para Willy: 22 puntos, 10 rebotes y 22 valoración contra el Baxi Manresa, y 15 puntos, 7 rebotes y 22 de valoración frente al Lenovo Tenerife. Buenos números que aspira a refrendar contra su antiguo equipo para celebrar la segunda Copa de su carrera.