¿Por qué discuten las parejas cuando tienen hijos?
Cualquier relación de pareja es complicada y tiene sus altibajos y momentos de crisis. Pero esos se acentúan mucho más cuando uno o varios hijos llegan al hogar. Y es que los pequeños hacen que los padres, en multitud de ocasiones, tengan visiones diferentes de cómo afrontar cualquier situación referente a los mismos, tales como su educación, su manera de vestir o sus cuidados.
Las discusiones por los hijos son habituales y cualquier matrimonio, pareja de hecho o novios que son padres han tenido que hacerle frente a las mismas. Pero, ¿cuáles son los motivos que hacen que existan más problemas? Los que te enumeramos a continuación desde BabyAffinity:
1-Uno colabora más en casa que el otro
Durante los primeros meses de vida del recién nacido, es necesario que los padres estén prácticamente pendientes del mismo durante las 24 horas al día. Y eso es algo que trae consigo problemas en la pareja cuando una de las dos partes no colabora como debería en el mantenimiento del hogar. Con esto nos referimos a cuando la casa está hecha un asco sencillamente porque alguno de los dos no ayuda lo que sería normal.
Esta situación se produce en muchas ocasiones cuando el padre o la madre está todo el tiempo cuidando del bebé y su pareja en lugar de ponerse a recoger la casa o de preparar la comida, lo que hace es sentarse en el sofá a descansar.
2-La educación de los hijos
Sin lugar a dudas, otra de las circunstancias que origina más conflictos entre la pareja es la educación de los pequeños. Y es que se pueden tener diferentes puntos de vista acerca de cuestiones tales como la imposición de normas, el establecimiento de castigos, el atender de manera inmediata las peticiones de los hijos…Pero aún hay más, ya que también pueden provocar discusiones o posturas enfrentadas otros aspectos sobre esa materia tales como la elección de la guardería o el centro escolar, las actividades extraescolares, la educación bilingüe…
3-Uno dice “sí” y el otro dice “no” a un capricho del pequeño
A todas las parejas con hijos les ha sucedido en más de una ocasión que se han peleado por culpa de un capricho de los niños. Y es que es frecuente que, ante una petición de estos, un progenitor les diga que sí y el otro que no. Una situación que provoca que discutan y que, en la mayoría de las ocasiones, por no dar el brazo a torcer se cree un conflicto absolutamente absurdo y totalmente innecesario.
4-Exceso de autoridad o falta de la misma
Muy en relación con el punto 2 de este artículo, se encuentra esta otra razón por la que discuten las parejas con hijos. En concreto, es muy habitual que los padres se enfaden porque uno es muy autoritario y estricto con la educación de los niños y el otro todo lo contrario, porque considere que hay que dar margen a los pequeños para que sean libres y aprendan por sí mismos.
En estos casos lo importante y fundamental es que los adultos se sienten a hablar, expongan su punto de vista, escuchen a la otra parte y, al final, cedan en la medida de lo posible para llegar a un punto de entendimiento.
5-El colecho
Numerosas son las ventajas que se considera que trae consigo el colecho, de ahí que muchas madres tomen la decisión de que los hijos duerman en la cama matrimonial con los padres. Sin embargo, esa situación en muchos casos provoca conflictos en la pareja. ¿Por qué? Fundamentalmente porque la presencia de los niños pone fin a todo tipo de intimidad entre la misma.
Los padres son, por regla general, los que se oponen a que el colecho se extienda en el tiempo más de lo recomendable. Y es que, además de por el motivo citado, sienten en muchos casos que han pasado a ser “el segundo plato” de la vida de sus mujeres.
6-¿Quién lo coge cuando está llorando?
Durante los primeros meses, los bebés prácticamente lo que hacen es dormir, comer y llorar. Llorar mucho, porque este sistema es su herramienta de comunicación, hasta que aprendan a hablar. Por eso, hay que estar muy pendientes de los niños y atenderles cuando lo necesiten. Pero eso lleva consigo un gran desgaste por parte de los adultos y más aún cuando es un mismo progenitor el que siempre se encarga de cuidarles.
Esa situación provoca que su agotamiento llegue a un punto que le haga “saltar” y enfadarse con su pareja porque no le ayuda lo que necesita. Le echará en cara que no piense en compartir la atención al niño para que así ambos puedan descansar, es decir, que sea egoísta.
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