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¿Por qué cocinar puede ayudar a los niños a relajarse?

Ante una sociedad de niños pegados a las pantallas de dispositivos móviles, cocinar con ellos puede ser una actividad que sirva para distraerlos y relajarse.

Los niños de hoy en día pasan la mayor parte de su tiempo pegados a una pantalla. Es una realidad evidente en muchas familias que no ven de qué modo pueden conseguir despegar a sus hijos de móviles o consolas, cuando en realidad, lo único que se debería hacer es proponer alternativas, como por ejemplo aprender a cocinar, algo que les puede servir además para relajarse.

¿Por qué cocinar puede ayudar a los niños a relajarse?

Admitamos que muchas veces los niños quedan absortos con un videojuego o con ver vídeos de Tik Tok, porque la vida que llevan sus padres hace casi imposible que pasen tiempo juntos. ¿No es más fácil entonces intentar pasar tiempo de calidad en familia cuando lo tenemos? Cocinar juntos puede ser la solución para apartar a los pequeños de la pantalla, hacer que aprendan una nueva actividad, divertirnos, relajarnos y además estrechar mucho más el vínculo padre/madre-hijos.

En concreto, la actividad de cocinar es indicada para niños que son muy nerviosos o que no paran quietos en ningún momento y solo parecen relajarse frente a su móvil u ordenador. ¿Podemos entonces intentar sustituir los dispositivos móviles por los fogones? Pues sí y seguro que ellos van a quedar encantados con la idea de aprender a cocinar.

Cocinar es una forma de atención plena

Es difícil para la mayoría de las personas realizar múltiples tareas en la cocina. Eso es porque cocinar requiere su atención completa y concentración. Actividades como esta animan a los niños a reducir la velocidad y vivir en el momento presente, una habilidad que es muy necesaria cuando nuestras vidas se sienten tan caóticas.

Además, los niños pueden disfrutar de los olores, sabores y texturas que experimentan en la cocina, lo que puede conectarlos y calmar sus mentes. Piensa además que  movimientos repetitivos como picar, mezclar y revolver pueden parecer casi meditativos y terapéuticos porque nos permiten dejar de lado nuestras preocupaciones y simplemente concentrarnos en lo que estamos haciendo en el momento.

La mejor parte de cocinar para niños es que involucra completamente todos los sentidos de una manera que muy pocas otras actividades lo hacen. Debido a esto, los niños a menudo se sienten tranquilos y en control de la situación, y esto puede brindar alivio a los niños que experimentan ansiedad u otros trastornos relacionados con el estrés que también pueden sufrir a pesar de que se tenga la creencia que es algo exclusivo de los adultos.

Cocinar permite a los niños ser creativos

La cocina proporciona un entorno seguro para que los niños (e incluso los adultos) experimenten y aprendan cosas nuevas. Además, cocinar puede ser una excelente manera de expresar la creatividad: siempre se pueden adaptar las recetas para mejorarlas o probar nuevos ingredientes para ver qué sucede. Ya sea agregando avena a una receta de galletas con trocitos de chocolate o probando una mezcla diferente de ingredientes en un batido, siempre hay oportunidades para que los niños creen cosas nuevas en la cocina.

Sin embargo, la creatividad que los niños descubren en la cocina no solo los ayuda a relajarse en ese momento, sino que pueden también aplicarlo a otros aspectos de la vida. De este modo, si cocinamos con ellos unas galletas después de un mal día, los niños aprenden técnicas que luego pueden aplicar en su vida adulta y que les ayudarán a reducir el estrés y a sentirse más exitosos.

La cocina es la excusa perfecta para pasar tiempo juntos

Si bien las tareas involucradas en la preparación de las comidas definitivamente brindan un ambiente relajante, cocinar también relaja a los niños por otra razón: los calma debido a con quién están cocinando. Dado que la mayoría de los niños no pueden ejecutar recetas completas por sí mismos, los padres pasan tiempo con sus hijos en la cocina mientras preparan la comida. Este tiempo de calidad en la cocina proporciona una forma única de vínculo familiar, que a su vez ayuda a los niños a sentirse seguros y confiados en la conexión con sus padres. De hecho, este es uno de los mejores beneficios de cocinar para los niños.

La próxima vez que tu hijo te pida ayudar en la cocina, ¡déjalo! o incluso anímalo a que deje el móvil o lo que esté haciendo y se ponga a cocinar contigo. Conseguirás además que progresivamente el niño o niña logre dominar la elaboración de sus platos y al llegar a la adolescencia sea capaz incluso de hacerse su propia comida.