Chanclas para los niños: ¿es correcto que las lleven o no?
Las chanclas son el calzado del verano por excelencia, pero no son tan recomendables cuando se trata de niños pequeños.
Uno de los calzados que más utilizamos en verano son sin duda alguna las chanclas ya que gracias a ellas nuestro pie no pasa calor y además podemos estar cómodos, de modo que nos ahorramos también la hinchazón de pies, pero ¿y los niños? ¿es aconsejable que mi hijo o mi hija lleve chanclas? lo analizamos a continuación y os damos una conclusión.
Chanclas para los niños: ¿ es correcto que las lleven o no?
Basta con fijarse como son las chanclas, ya sean las de tira entre los dedos o las que tienen la tira cubriendo los dedos, para darnos cuenta que no es un calzado demasiado recomendable para los niños, en especial aquellos que son más pequeños y todavía no controlan demasiado bien sus pasos.
Siendo realistas, incluso a nosotros en ocasiones al caminar con una chancla se nos puede salir volando, de modo que es algo que les puede pasar mucho más fácilmente a los niños, en especial en la primera infancia de modo que son difíciles de usar y no facilitan los movimientos. Piensa de hecho, que si optamos por las de tira entre los dedos, será imposible que un niño pequeño las pueda llevar bien, dado que la tira no se enganchará también entre sus deditos.
¿Y para la playa?
Ya hemos dicho que no es demasiado recomendable que los niños usen chanclas durante el verano, pero ¿y para la playa? Es posible que las usen cuando están en la arena y no quieren ir descalzos, pero si estamos fuera de la playa (paseando por ejemplo por un paseo marítimo), es mejor que apostemos por un calzado con cordones o las sandalias clásicas con hebillas.
Volviendo a la arena, lo mejor es que el niño experimente el contacto con la arena de modo que tenemos que procurar que los pequeños vayan descalzos, aunque siempre tengamos en cuenta que a veces pueden notar la arena demasiado caliente o puede que vayamos a una playa de piedras que será algo demasiado duro para el niño. En ese sentido, el uso puntual de las chanclas nos puede sacar del apuro.
¿Y para la piscina?
En cambio para la piscina, sí que serían más aconsejables, para proteger el pie de infecciones. El ambiente cálido y húmedo de la piscina, de hecho, facilita la proliferación de hongos y virus que causan respectivamente micosis y verrugas : por lo tanto, es una buena regla usar zapatillas, asegurándose de que siempre estén limpias y evitar intercambiarlas con amigos, una práctica que aumenta el riesgo de contraer infecciones de la piel.
Las dificultades de las chanclas
Por último y aunque consideremos la chancla como el calzado más cómodo para el verano, hemos de ponernos en la mente del niño o niña. No solo porque tal vez se le salgan todo el rato, sino porque además, no es un calzado que les permita jugar libremente, correr, pedalear o trepar. Por lo tanto, es mejor una sandalia que tenga una amplia base de soporte, ofrezca una buena adhesión y proteja contra cualquier lesión o distorsión.
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