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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 35

2-6. El Mallorca declara estado de ruina

El Granada golea en Son Moix y deja al equipo de Aguirre en manos del Cádiz para no caer en descenso

Los errores en defensa y en portería se pagaron demasiado caros en un partido de alta tensión

Jorge Molina, de 40 años, le ha marcado cinco goles al Mallorca en esta temporada

El estadio empezó a vaciarse cuando el albanés Unzuni marcó el 2-5 a los 77 minutos

El equipo juega el miércoles en el Sánchez Pizjuán y el domingo recibe en Palma al Rayo

El Mallorca queda en manos del Cádiz para no volver a caer en descenso tras sufrir un batacazo histórico en Son Moix ante un Granada que, como sucedió en 1969, le volvió a marcar seis goles. El descalabro es total tanto a nivel anímico pero a nivel deportivo, pero no queda tiempo ni para lamer las heridas. El equipo juega el miércoles en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla y el domingo recibe en Palma al Rayo. A falta de tres jornadas para el final debe ir a por los nueve puntos si quiere tener alguna esperanza de salvación.

En un Son Moix repleto hasta los topes, ante un rival obligado a sacar un resultado positivo, el Mallorca falló con estrépito cuando nunca debía haberlo hecho. El Granada sacó provecho de un día horrible en defensa y en portería y la debacle la demuestra el hecho de que Jorge Molina, con 40 años cumplidos, le haya marcado dos goles y haya dado otro. Molina, por cierto, ya consiguió un hat-trick en la primera vuelta.

La tarde empezó descontrolada. El japonés Kubo estuvo a punto de marcar a los tres minutos, cuando se favoreció de un rebote y se quedó solo ante Maximiano, pero el portero portugués salió muy bien y rechazó el disparo con el cuerpo. Nunca se reharía de esa jugada el nipón, silbado por la grada tras ser sustituido.

La respuesta del Granada fue inmediata y contundente. Collado forzó un córner tres minutos más tarde y tras dos rebotes el balón le cayó al uruguayo Luis Suárez, que remachó a la portería para marcar el 0-1. Justo el paisaje que Karanka había dibujado en la pizarra antes de comenzar el encuentro.

El Mallorca acusó el golpe y lo pasó mal durante varios minutos, pero a base de fe fue rehaciéndose de la mano de Muriqi, que acabó contagiando al resto de sus compañeros, que poco a poco recuperaron el balón y el dominio del partido. A los 28 minutos Muriqui le dejó de cara a Salva Sevilla, que desde fuera del área soltó un latigazo que hizo saltar a todo el estadio de su asiento. El empate devolvía el balance y permitía al equipo volver a empezar.

El final de la primera parte, con gol anulado a Maffeo y varios intentos de remate de Muriqi que no llegaron a buen término, parecían indicar que el Mallorca llevaba camino de remontar el partido, pero en el primer minuto del segundo tiempo Escudero recogió en el área y soltó un zurdazo al que no llegó Sergio Rico y que supuso el 1-2. Fue el inicio de 45 minutos negros en los que se encajarían cinco goles y en los que el portero sevillano quedó definitivamente señalado.

Aguirre reaccionó de inmediato dando entrada a Kang In Lee por Abdón, pero antes de que pudieran verse los efectos del cambio el Granada volvió a clavar su aguijón. Kubo perdió un balón prohibido, Jorge Molina llegó hasta la línea de fondo y su pase al área lo remató de tacón Puertas para situar un 1-3 que parecía definitivo. El Mallorca, sin embargo, se resistió a entregar las armas. Tres minutos más tarde Maffeo centró desde la derecha y Raíllo, que había seguido la jugada, cabeceó picado para superar a Maximiano y devolver al equipo al partido con tiempo todavía por delante para aspirar a todo.

Son Moix se preparó para un final de partido de infarto, pero no hubo lugar. A los 68 minutos Jorge Molina tomó un balón, disparó desde su casa y Sergio Rico no llegó. Ya para colmo el albanés Uzuni dio el golpe final con el quinto gol a los 78 minutos que vació el estadio, porque muchos espectadores ya no quisieron ni esperar al final. Mejor para ellos, porque así no tuvieron que sufrir ver el 2-6, obra de Jorge Molina en el minuto 90.

No es que el Mallorca se haya quedado sin margen de error, es que ahora necesita que fallen otros, comenzando por el Cádiz, que juega esta tarde ante el Elche. Si los gaditanos ganan o incluso empatan mandarán a zona de descenso al equipo de Aguirre, que tiene ahora por delante tres partidos dramáticos.