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Tengo 128 GB de memes y ninguna foto con mi madre

  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

No sé en qué momento exacto ocurrió. Tal vez fue cuando WhatsApp empezó a descargar todo automáticamente. O cuando alguien me dijo: “tío, este meme es oro, guárdalo”. El caso es que ahora mi galería parece el archivo secreto de un grupo de Telegram con trastorno de identidad. Hay perros vestidos de humanos, frases con faltas de ortografía y vídeos con ruidos inexplicables. Pero no hay ni una foto decente con mi madre. Y no es que no la quiera, al contrario. Es solo que, cuando estamos juntos no me las hago.

La dictadura del almacenamiento

En 2025, borrar cosas del móvil es como jugar al Tetris con tu propia memoria. Vas quitando vídeos antiguos de viajes, fotos familiares desenfocadas y algún documento importante “que ya subiré a la nube”, solo para poder descargar otro vídeo viral de alguien cayéndose por una terraplén.

El problema no es la tecnología, sino cómo la usamos. Los móviles tienen cámaras increíbles, almacenamiento brutal y sincronización en la nube. Y nosotros los usamos para guardar pantallazos de conversaciones que nunca volveremos a leer, memes que ya no tienen gracia y stickers que nadie pidió.

Memes sí, pero con moderación

No se trata de declarar la guerra a los memes. Son cultura popular, al fin y al cabo. Una buena galería de memes bien seleccionados puede alegrarte el día o salvarte una conversación incómoda en un grupo. Pero quizá deberíamos aplicar una pequeña norma, por cada meme que guardes, haz al menos una foto significativa. Aunque sea a tu gato. O mejor aún, a tu madre.

Porque si algún día perdemos el móvil, no vamos a lamentar haber perdido el sticker del “gatito enojado”. Vamos a lamentar no haberle hecho esa foto en el sofá, con su bata de flores y su mirada sabia.

Tecnología al servicio de la memoria, no del olvido

Dicen que ahora los móviles tienen IA capaz de organizar nuestras fotos por temática, ubicación y hasta estado de ánimo. Pero ni la inteligencia artificial más avanzada puede crear recuerdos que no hicimos. Quizá el problema no es que tengamos demasiados datos, sino que no sabemos priorizar lo que vale. Tenemos espacio para memes de 50 MB, pero no para guardar una nota de voz que nos mandó alguien que ya no está.

Hazte una foto con tu  madre o abuela, ¡ya!

No te digo que borres todos los memes. Solo que la próxima vez que vayas a reenviar uno, pienses si no sería mejor abrir la cámara. A veces, lo verdaderamente viral debería ser mirar alrededor y decir: “esto sí que quiero recordarlo”. Los móviles deberían ser cápsulas del tiempo y no un almacén de pamplinas.