¿Sabes qué es el doomscrolling o cómo salvar tu salud mental?
Temer a lo desconocido es un miedo que existe desde hace siglos y que sigue muy vigente hoy en día, es por ello que cuando hay un tema que nos preocupa o que parece poder afectarnos del que no lo sabemos todo, intentamos combatir ese temor con información. Aun así, aunque pueda parecer una forma válida de entender mejor nuestro entorno y de alejar el miedo y la confusión, esto a veces puede ser contraproducente. A todo ello se le llama doomscrolling.
El problema, es que intentar encontrar información a toda costa en un estado un tanto nervioso, puede conducirnos al consumo de datos no confirmados e incluso falsos, que pueden avivar nuestro temor y preocupación haciendo que sigamos buscando más y más información hasta hacerlo de forma compulsiva.
Esto es algo que, sea como sea nuestra personalidad, todos hemos experimentado en diferente medida durante la crisis sanitaria, y es que estar en casa encerrados durante la pandemia no ha sido nada fácil y está demostrado que el acceso a los medios digitales de comunicación y las audiencias de televisión han aumentado exponencialmente.
Eso es normal pues, durante un tiempo, la televisión y las redes han sido nuestra única forma de acceso al exterior, pero como es sabido por todos, en Internet hay muchas noticias falsas (o fake news) que solo incitan al caos general e incluso las noticias en televisión, tienen un tono u otro según la cadena, es por ello que es tan importante ir cambiando para ver todos los puntos de vista y formas de contar la verdad.
El impacto de la información
Durante ese periodo de tiempo, en quiénes ya solían ser consumidores de noticias incrementó el interés por saber todo lo posible sobre la pandemia, y los que no solían interesarse por la actualidad empezaron a informarse sin medida.
En consecuencia, la población se dividió en tres actitudes frente al Covid19: la alteración, la negación y el agnosticismo, siendo esta última la más moderada y a veces acompañada de la reflexión reposada para tomar perspectiva y no dejarse llevar por ninguno de los extremos, tomando así mejores decisiones.
Aun intentando mantener el optimismo, durante varios meses parecía que todas las noticias eran malas: muchos muertos, una curva desmesurada, medidas que no parecían tener efecto… y eso por supuesto generó desconsuelo, dudas, más miedo y un pesimismo terrible que en muchos casos desencadenó en depresión, lo que hizo que muchas personas que habrían mantenido una actitud alterada respecto a la pandemia, decidieran aislarse y dejar de consumir noticias.
¿Sufres el doomscrolling?
Sin duda, no fue ni está siendo fácil para nadie, pero de esos hechos ha nacido un problema que se ha bautizado como doomscrolling, nombre que describe la actitud de navegar compulsivamente por las malas noticias aun siendo conscientes de que quizás algunos titulares no son lo que parecen.
Lo grave, es que se trata un comportamiento cada vez más extendido ya que nuestro cerebro está diseñado para poner más atención y recordar mejor ese tipo de contenidos y sin duda crea un hábito que se retroalimenta, no solo psicológicamente ya que al leer acerca del caos nuestra mente persigue encontrar más razones que argumenten el pánico, sino también de forma digital.
Quizás pienses que el doomscrolling solo ha afectado a aquellas personas más vulnerables o ingenuas al respecto de la medicina y los temas generales, pero lo cierto es que no solo la pandemia ha contribuido a este otro contagio de pesimismo, sino que las protestas, los movimientos sociales, la economía y desastres naturales, todos ellos ámbitos que también han estado muy presentes este año, también han afectado a ese incremento en el tráfico de noticias alarmantes.
Reconduce tu actitud alejándote de las pantallas
Lo importante pero, es darnos cuenta de que hemos entrado en esa dinámica destructiva que puede estar dañando nuestra salud mental -además de causar estrés, problemas para dormir, falta de apetito y cambios de humor- y empezar a actuar en consecuencia.
Por ejemplo, intentando mantener alejado el móvil y solo usarlo bajo un límite de tiempo o buscando actividades alternativas para utilizar nuestro tiempo, incluyendo aquellas que nos ayuden a manejar el estrés como el deporte o la meditación.
Aunque puede no ser fácil pues la adicción a las pantallas ya presente en muchas casas antes de 2020 agrava la situación, es muy importante anteponer nuestra salud mental en estas situaciones.
Pon un filtro a lo que lees, comprueba que tus creencias se basan en fuentes contrastadas, limita el tiempo que pasas informándote e intenta hablar de ello haciendo un ejercicio de serenidad y racionalización; si aun así, no sientes una mejoría, consulta con un terapeuta que pueda ayudarte con el proceso y seguro que en pocas semanas tanto tu salud como tu estado de ánimo se ven aliviados.
Ahora te queda más claro este concepto que sufren muchas personas y que conviene seguir de cerca para no caer en ello.
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