Opinión

Un golpe de estado que la sociedad civil no va a permitir

Desde hace casi cinco años el presidente del Gobierno en funciones está dando pasos muy medidos y sofisticados para una involución bien programada. No es su afán de poder -aunque también- pues, su estrategia es clara. Si todo lo que hace es pactar cuando prometió no hacerlo y solo con quienes quieren la destrucción de España… O somos muy ingenuos o él es el primero que trabaja para destruir España.

Está en modo pensamiento y acción golpista. Como nos parece a las personas normales de cualquier pensamiento que respetamos y cumplimos la ley y la Constitución, tan inconcebible, nos frotamos los ojos y aun así no nos lo podemos creer.

Si pacta todos los días con comunistas que trabajan para la involución, propician vías de autodeterminación, proclaman en la dirección del Estado a los terroristas e insultan al Rey, si pacta todos los días con quienes han dado un golpe de Estado, les indulta, no se arrepienten y prometen diariamente volverlo a hacer pidiendo amnistía y referéndum, si pacta todos los días con quien su jefe es un terrorista, lleva asesinos en listas ensangrentadas, aclama a los presos terroristas y vilipendia a las víctimas del terrorismo, si pacta con xenófobos de derecha que piden una nación vasca… Y si pacta con todos ellos diariamente durante casi cinco años, y quiere pactar también ahora con xenófobos de derecha que están prófugos de la justicia para acceder vía chantaje voluntario a un nuevo gobierno.

Si todo esto lo ha hecho en la legislatura que ha terminado y sigue haciéndolo ahora aun habiendo perdido las elecciones. Si ahora lleva el presidente del Gobierno en funciones unos días ominosamente callado mientras la vicepresidenta segunda viaja a Bruselas para ver al prófugo y este públicamente tras la entrevista ratifica públicamente que amnistía e independencia y mientras ordena a sus expertos crear una amnistía ad hoc, para satisfacer al prófugo criminal y malhechor.

Si antes ya le ha satisfecho a mediados de agosto, para poder elegir presidenta imponiendo tres lenguas españolas de tres regiones, para poder hablar en el Congreso, con la perversión que supone para visibilizar que aquí hay muchas naciones, además de permitir comisiones de investigación en las escuchas a independentistas y origen del atentado en las Ramblas.

Si su portavoz gubernamental en sede oficial llama golpista a un anterior presidente de Gobierno -también lo hace su vicepresidenta de coalición- por llamar a que la sociedad civil impida que la unidad de España, la Constitución y la democracia en España desaparezcan y calificarle de golpista por ello, quien está pactando con un criminal golpista y prófugo de la justicia en Bruselas para acceder al Gobierno – delirio Goebbels y Stalin juntos-.

Si todo esto se ha traducido en un pacto diario para deshacer la Fiscalía General del Estado y ponerla al servicio del presidente del Gobierno en funciones, un pacto para deshacer la independencia de la justicia, para adoctrinar desde el Gobierno al Tribunal Constitucional, para dirigir al poder legislativo, para acabar con la división de poderes, para eliminar el delito de sedición y rebajar la malversación, para conceder indultos en contra de lo que exige la ley, para incumplir las sentencias como con lo del español en Cataluña, para no llamar al cumplimiento de la Constitución y de la ley a quienes se la saltan todos los días, para no exigir el mínimo respeto al Rey, para negociar nueva investidura, sirviéndose de la Constitución, pero en contra de la Constitución, de la ley y de la mínima decencia, y hacerlo con criminales, delincuentes, malhechores, terroristas, asesinos en listas electorales ensangrentadas, golpistas y prófugos que declaran formalmente la desaparición de España…

Si todo esto es así, el presidente del Gobierno en funciones es espejo, cómplice, promotor, inductor, colaborador y mentor principal de un sofisticado golpe de estado muy medido y calculado sumando muchos hitos que juntos hacen estallar de pensamiento, espíritu, palabra y obra la Constitución, el Estado de Derecho, la ley, y al igual que Venezuela que se jacta de mantener las instituciones democráticas, y se llama democracia, las ha vaciado de contenido efectivo democrático, las ha fagocitado al dictado, y, por tanto, ha finiquitado la democracia. Nos advertían los venezolanos y no nos lo creíamos. Pues bien ya ha llegado.

¿Alguien puede imaginar que el primer ministro de Portugal, Italia, Alemania, Gran Bretaña, o el presidente de la República de Francia para ser reelegidos estén pactando con terroristas y también una amnistía como si reconocieran no ser una democracia y un referéndum de independencia, manteniendo el silencio y ocultamiento premeditado y alevoso con un criminal malhechor golpista y prófugo de la justicia, y enviándole a verle para negociar, al país donde está huido, a la vicepresidenta de esos gobiernos, y sabedores que quiere formar un estado independiente de Portugal, Italia, Alemania, Gran Bretaña y Francia?

¿Alguien puede imaginar, aunque sea inimaginable, que estos candidatos -caso imposible de poder entender que estuvieran pactando con terroristas y con un prófugo su acceso al gobierno- llamaran a la oposición golpista por oponerse a tal indignidad y llamar a manifestarse democráticamente, en contra de quienes quieren pactar con terroristas y con prófugos criminales y que han dado un golpe de estado sentenciado por la justicia?

Consiga o no gobernar, desde ahora mismo, con todo lo que ya ha avanzado y por mucho que tuviera que echarse atrás según se desarrollen los acontecimientos… la acción, el ocultamiento tenebroso de su negociación, su voluntad y su complicidad, es lisa y llanamente sediciosa y golpista, y ello a la luz de Europa en pleno turno de presidencia europea. Es copia exacta del proces, sólo que de un procés para un autogolpe a España, que encabeza el presidente del Gobierno en funciones. Y si es como si lo fuera… Exactamente igual de criminal, delictivo y de traidor a España.

La sociedad civil de toda España, de todos los pensamientos, nos vamos a manifestar en Barcelona el 8 de octubre y no vamos a ceder un milímetro ni hoy ni nunca.