Sequía y sobrexplotación, responsables de la desecación del acuífero Santa Olalla de Doñana según el CSIC
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La sequía golpea Doñana y se ha hecho evidente con la noticia que la Estación Biológica ha difundido en un comunicado alertando de la desecación completa, por segundo año consecutivo, de la laguna permanente de Santa Olalla.
Mientras tanto organizaciones ecologistas denuncian que «estamos ante la crónica de la muerte anunciada de uno de los humedales más importantes del mundo» y que especies como el águila imperial se ven amenazadas.
Por su parte el Ministerio para la Transición Ecológica ha informado que los niveles de agua en los embalses en España siguen bajando, concretamente un 1,04% en la última semana.
Grave situación
Este punto representa la laguna permanente más grande de Doñana en la que se ha constatado la evaporación completa del agua que «atestigua la grave situación en la que se encuentra el sistema lagunar y, con ello, toda la biodiversidad que depende de él» según ha notificado la Infraestructura Científica y Técnica Singular – Reserva Biológica de Doñana, dependiente de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
Se ha secado por completo por segundo año consecutivo, algo que no se había producido desde que la Estación Biológica de Doñana tiene registros, según ha indicado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en una nota de prensa en la que responsabiliza de esta «grave situación» a la sequía y a la sobrexplotación del acuífero.
Completa desecación
Desde este organismo se actualizó hace unas semanas su cámara de seguimiento de la laguna para ver su evolución. Finalmente, este miércoles «se constató su completa desecación».
La Estación Biológica recuerda que se comenzaron a tomar datos sobre este espacio natural hace medio siglo, afirmando que nunca antes esta imagen «se había repetido dos años consecutivos» lo que atestigua el estado en el que se encuentra el Parque Nacional de Doñana, declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1994.
Por su variedad de ecosistemas y la gran diversidad de especies que habitan en ellos, lo que lo convierten en un enclave único en Europa. Uno de estos ecosistemas está representado por el sistema de lagunas, que alberga una gran biodiversidad y es refugio de varias especies amenazadas y endémicas.
Serio deterioro
La nota de prensa emitida por la estación recalca que «en los últimos años, las lagunas de Doñana están sufriendo un serio deterioro, cada vez dura menos su periodo de inundación y muchas de ellas ya no llegan a inundarse, lo cual está afectando gravemente a la biodiversidad que sustentan».
Según sus responsables, «la desecación de Santa Olalla en verano es una de las mayores evidencias del deterioro del sistema de lagunas, indicando la ausencia de refugios acuáticos estivales para la fauna y flora acuáticas del manto eólico de Doñana».
La ICTS-Reserva Biológica de Doñana, a través del Programa de Seguimiento, ha constatado que el ciclo hidrológico 2021-22 ha sido el año con los niveles de precipitación más bajos de los últimos diez años (283mm), lo que no ha mejorado mucho el año actual, en el que las precipitaciones caídas han sido similares (337mm hasta agosto). Además, en ambos años se están registrando temperaturas máximas muy elevadas y la mayor temperatura media anual (18,53°C) registradas.
Siguen desapareciendo lagunas
Pero estos factores no son los únicos causantes del deterioro del sistema lagunar ya que, según sus responsables, en un estudio de la Estación Biológica de Doñana publicado este mismo año, con los datos recopilados durante 40 años, «se constata que el 59% de las lagunas de mayor tamaño de Doñana han desaparecido ya».
El texto también apunta a la sobreexplotación del acuífero que alimenta este sistema lagunar que «evidencia que la actividad humana está alterando el equilibrio natural de las lagunas y está agravando el problema»
Otro de los datos aportados es que el «80% de estas lagunas se secaron antes de lo que se esperaría con los niveles de temperatura y precipitación registrados y el 84% se inundaron menos de lo previsto».
Además, también califica de «preocupante» que el 19% de las lagunas que aún se mantienen presentan más de la mitad de su cubeta invadida por matorral y pinos y solamente un 10%, principalmente localizadas en la vera, se mantienen en buen estado.
En otro estudio publicado recientemente, la Estación Biológica de Doñana concluye que la invasión de las cubetas de las lagunas por vegetación terrestre es un buen indicador para detectar su progresivo deterioro y su inminente desaparición.
Ecosistema en peligro
Estos síntomas se detectan especialmente en la zona noroeste del parque nacional y en las lagunas más próximas a Matalascañas, incluyendo a Santa Olalla, en la que ya se observan densos juncales en la mitad de su cubeta inundable y masas de arbustos que han colonizado sus actuales orillas e islotes.
La mayoría de las lagunas de Doñana son temporales y se inundan gracias al agua del acuífero que, cuando se recarga con las lluvias, alcanza el nivel de superficie, llenando sus cubetas e inundando de vida la reserva.
En la última década no se han producido años de grandes precipitaciones, reduciéndose la recarga del acuífero, que no ha sido suficiente para contrarrestar las «excesivas» captaciones de agua para consumo de la localidad turística de Matalascañas en el periodo estival y «para los cultivos intensivos de fresa situados en los alrededores del parque, que han aumentado su superficie en más del 30% en los últimos diez años».
Refugio de especies
«Todo ello ha contribuido a reducir los niveles del acuífero, lo que impide que se inunden muchas lagunas o reduciendo el periodo que se mantienen inundadas, afectando a los ciclos vitales de las especies que viven en estos medios acuáticos», según informa el CSIC.
Las lagunas permanentes, que mantienen agua todo el año, son muy escasas en el parque, por lo que en este sistema temporal actúan como refugio de muchas especies. Hasta hace unos años, solo tres lagunas se consideraban permanentes: Santa Olalla, la laguna Dulce y la del Sopetón. La única que se podía seguir considerando permanente era Santa Olalla, aunque «alcanzando escasa superficie inundada y elevadas concentraciones de sales en verano».
En este punto, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha señalado que «su completa desecación impide, por ejemplo, la presencia de peces» y que «cuando se secó en 2022, se observó la muerte de las anguilas que allí quedaban, una de las especies que actualmente se encuentran amenazadas», así como «también se está viendo cómo disminuye su población de galápagos».
Más control del acuífero
Desde la Estación Biológica de Doñana se demanda la «reducción urgente» de la cantidad total de agua que se extrae del acuífero hasta unos niveles «que permitan la recuperación del sistema lagunar y frenar la degradación del espacio natural».
También sugiere actualizar el sistema de evaluación del estado del acuífero y realizar evaluaciones anuales de la disponibilidad de agua para definir las cantidades máximas de extracción permitidas y las medidas de ahorro que se deban adoptar.
Otra de sus propuestas es restablecer de forma «urgente» la gobernanza de la gestión del agua y la ordenación del territorio en la comarca de Doñana para que «estén dentro de la legalidad vigente» y, «por supuesto, proteger al sector agrícola que opera bajo la legalidad frente a la pérdida de valor de marca de sus productos, frente a la competencia desleal de los productores ilegales y frente a la incertidumbre que les amenaza de cara al futuro».
También considera importante la instauración de la Comisión de Trabajo Doñana 2030, aprobada por el Consejo de Participación de Doñana, para «avanzar de manera rápida y coordinada en la resolución de todos los problemas a los que se enfrenta Doñana, no solo los que respecta al acuífero, sino también entre otros, a la contaminación del agua o el intenso sobrepastoreo, que también está afectando al enclave natural».
Aguila imperial ibérica en peligro
Las organizaciones ecologistas lamentan en sendos comunicados la situación a la que ha llegado Doñana. Para Greenpeace, «esto pone en evidencia el deplorable estado de conservación en que se encuentra el humedal más protegido del país, fruto de la sobreexplotación y mala gestión del agua que se hace fuera de los márgenes del espacio natural protegido».
Greenpeace declara que «estamos ante la crónica de la muerte anunciada de uno de los humedales más importantes del mundo. Al igual que lo sucedido en el Parque Nacional de la Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, el Parque Nacional de Doñana sigue la misma trayectoria e historial hacia su desecación y desaparición».
Según denunció en julio de este año la ONG SEO/BirdLife, el águila imperial ibérica, una de las rapaces más icónicas del Parque Nacional de Doñana, «está en riesgo de desaparecer debido a que la productividad de nuevos ejemplares se sitúa actualmente por debajo del valor necesario para garantizar su viabilidad» en el parque».
Estado de los embalses
Por su parte, en línea con la problemática de la sequía en Doñaña, el Ministerio para la Transición Ecológica ha informado el pasado 8 de agosto que la reserva hídrica española está al 41,1 por ciento de su capacidad total.
Los embalses almacenan actualmente 23.053 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, disminuye en la última semana en 584 hectómetros cúbicos (el 1,0 por ciento de la capacidad total actual de los embalses).
Según se puede consultar en el Boletín Hidrológico Peninsular este mismo periodo, en esta semana del 2022, la reserva estaba en 21.996 hm³, con una capacidad del 39,18%, dos puntos menos en la actualidad. Sin embargo la media de los últimos 10 años está por encima con 31.908 hm³, lo que representa una capacidad del 56,84%.