¿Qué comen los lobos en Madrid? Así es la dieta de esta especie
Una investigación recomienda incentivar ciertas especies en los entornos de las poblaciones de lobos para disminuir los ataques al ganado
Con la reaparición y el asentamiento de los lobos ibéricos (Canis lupus signatus) en la Península Ibérica ya se pueden sacar conclusiones de cómo es su dieta, en concreto en los puntos en los que se desplaza por la sierra de Madrid.
Un estudio realizado entre los años 2017 y 2021 recoge los resultados de la recogida de muestras de heces del lobo ibérico en Madrid, una especie que reapareció en esta comunidad en 2023, y que ha podido concluir que su alimentación ahora es muy diferente que la de hace unas décadas.
Durante los siglos XIX y XX en la sierra de Guadarrama, el lobo sí suponía una amenaza real para el ganado, que en esa época su dieta estaba basada casi exclusivamente en rebaños de ovejas, con una ausencia reseñable de sus ungulados silvestres preferidos. Sin embargo, esta situación ha cambiado, bien por la ausencia de cierto tipo de ganado o por la mayor abundancia de otras presas.
Según los últimos datos recogidos, en la sierra de Madrid se estima que hay una población estable de lobos calculada en unas cinco manadas reproductoras. En concreto, existen unos 35 ejemplares repartidos por la Sierra del Rincón, el valle del Lozoya y la zona de Santa María de la Alameda, además de varios más al suroeste del Guadarrama.
Cinco años de estudio
De acuerdo con el análisis de 671 muestras de heces recogidas entre 2017 y 2021, se concluye que alrededor del 82% de la dieta del lobo está compuesta por ungulados silvestres, mientras que apenas un 18% corresponde a animales domésticos.
Estos datos salen a la luz gracias el estudio realizado por la doctora Isabel Barja, profesora titular de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, en colaboración con el centro de investigación del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.
El trabajo ha podido llevarse a cabo gracias al apoyo financiero que fue proporcionado por la Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid y del Parque Nacional Sierra de Guadarrama.
Los preferidos de su dieta
Los resultados de los análisis, se recogen en el estudio que ya ha publicado la revista Animals, estudiando la composición de su dieta y examinando los pelos de presa encontrados en estas muestras de excrementos de lobo.
Los datos desvelan que los lobos consumían predominantemente ungulados salvajes en lugar de domésticos. Entre sus presas preferidas se encontraban el jabalí y el corzo, «aunque su dieta variaba según las estaciones, los años y las regiones forestales, la preferencia por los ungulados salvajes sobre los domésticos se mantuvo constante», según reflejan los investigadores.
Conflicto entre lobos y ganaderos
Uno de los objetivos del trabajo ha sido estudiar la composición de su dieta en el centro de España para evaluar el consumo de ungulados domésticos y proporcionar datos confiables que podrían ayudar a las autoridades locales a abordar el actual conflicto y coexistencia entre lobos y ganaderos.
En concreto, los autores explican que «para comprender los hábitos alimentarios del lobo ibérico, nuestro objetivo era evaluar en qué medida se aprovechan de los ungulados domésticos».
Se ha podido demostrar mediante análisis de excrementos que el consumo de ganado doméstico está bastante por debajo del 10% en la dieta del lobo presente en la sierra de Guadarrama, esto se ve favorecido debido a que gran parte del ganado presente en la zona es vacuno o caballar , muy por encima del ganado ovino o caprino.
Incentivar su dieta
Y es que la mejor opción, ofrecer e incentivar su dieta para proteger el ganado de los ataques de los lobos, puede centrarse en activar y mantener buenas poblaciones de ungulados en el parque, sobre todo centrándose en el corzo y al jabalí.
Así lo refleja el estudio que recomienda «mantener una población de presas silvestres diversa y abundante, especialmente durante las estaciones conflictivas cuando los animales domésticos están presentes en el campo, puede ayudar a reducir o prevenir los ataques al ganado, como lo respaldan otros estudios».
Entre las conclusiones, se reitera que «es necesario preservar la disponibilidad y diversidad de los ungulados silvestres para favorecer la reducción de los ataques del ganado, un objetivo alcanzable que ayudaría a conservar esta especie y reducir los conflictos de conservación».