El empleo en energías renovables baja en España mientras se dispara en el resto del mundo

Las energías renovables generaron más de 16 millones de puestos de trabajo en el mundo durante 2023 con un crecimiento del 18%

Cerca de dos tercios de la nueva capacidad solar y eólica mundial se instalaron el año pasado sólo en China

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El último informe Renewable Energy and Jobs – Annual Review 2024 desvela que el empleo en el sector de las renovables se ha disparado a nivel mundial durante el pasado año 2023 y que en España se ha producido un retroceso en este mercado laboral.

El informe, publicado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), destaca que en España, las energías renovables empleaban a 127.576 trabajadores en 2023, «lo que supone un ligero descenso de 2,5% con respecto al año anterior».

En nuestro país, la agencia internacional de referencia en el sector de las renovables refleja que «un total de 81.897 empleos fueron creados directamente por empresas del sector y que 45.679 se crearon como efecto indirecto en otros sectores».

Disminución en eólica y autoconsumo

Según IRENA, en su radiografía del empleo en las renovables en España, el descenso del empleo se debió a la disminución de las instalaciones eólicas, 924 MW instalados en 2023, frente a los 1.658 MW en 2022).

También en el capítulo del autoconsumo se ha sufrido una bajada en el empleo  arrastrado por la disminución de potencia instalada, que ha pasado de 1.943 MW, frente a los 2.649 MW del año
año anterior.

El organismo internacional destaca que «aunque la energía fotovoltaica para venta al mercado registró un aumento en 2023, con un total de
5.990 MW instalados, el aumento no fue suficiente para compensar la pérdida de actividad en otras áreas», un análisis realizado con los datos recogidos de APPA Renovables.

Crecimiento en el mundo

Sin embargo, este descenso contrasta con el mayor crecimiento anual de empleos en energías renovables en 2023, que ha alcanzado los 16,2 millones, un registro que refleja el mayor aumento de puestos de trabajo en el sector frente a los 13,7 millones en 2022 a 16,2 millones.

El salto interanual del 18% refleja el fuerte crecimiento de la capacidad de generación de energías renovables, junto con una expansión continuada de la fabricación de equipos.

China, gigante en renovables

Sin embargo, un análisis más detallado de los datos del informe muestra un panorama mundial desigual. Cerca de dos tercios de la nueva capacidad solar y eólica mundial se instalaron el año pasado sólo en China.

China encabeza la lista con 7,4 millones de empleos en energías renovables, el 46% del total mundial. Le siguen la UE, con 1,8 millones, Brasil, con 1,56 millones, y Estados Unidos e India, con cerca de un millón de empleos cada uno.

Como en los últimos años, el mayor impulso provino del sector de la energía solar fotovoltaica, en rápido crecimiento, que generó 7,2 millones de puestos de trabajo en todo el mundo.

Inversiones chinas

De ellos, 4,6 millones en China, el principal fabricante e instalador de energía fotovoltaica.»Gracias a las considerables inversiones chinas, el Sudeste Asiático se ha convertido en un importante centro de exportación de energía solar fotovoltaica, creando puestos de trabajo en la región», según IRENA.

Los biocombustibles líquidos ocuparon el segundo lugar en número de empleos, seguidos de la energía hidroeléctrica y eólica. Brasil encabezó la clasificación de biocombustibles, con un tercio de los 2,8 millones de puestos de trabajo del mundo en este sector. El aumento de la producción situó a Indonesia en segundo lugar, con una cuarta parte de los empleos mundiales en biocombustibles.

Ralentización en la hidroeléctrica

Debido a una ralentización en el despliegue,» la energía hidroeléctrica se convirtió en un caso atípico en la tendencia general de crecimiento, estimándose que el número de empleos directos se redujo de 2,5 millones en 2022 a 2,3 millones», indica el informe. China, India, Brasil, Vietnam y Pakistán fueron los mayores empleadores del sector.

En el sector eólico, China y Europa siguen dominando como líderes en fabricación de turbinas e instalaciones, contribuyendo con el 52% y el 21% al total mundial de 1,5 millones de empleos, respectivamente.

África no despega

IRENA reseña que «a pesar del inmenso potencial de recursos, África sigue recibiendo sólo una pequeña parte de las inversiones mundiales en energías renovables, lo que se traduce en un total de 324.000 empleos en este sector en 2023».

Para las regiones que necesitan urgentemente un acceso fiable y sostenible a la energía, como África, y especialmente en las zonas remotas, las soluciones de energías renovables descentralizadas (ERD) -sistemas autónomos que no están conectados a las redes de servicios públicos- «representan una oportunidad tanto para cubrir la brecha de acceso como para generar empleo. Eliminar las barreras que impiden a las mujeres emprender iniciativas empresariales en el ámbito de las ERD puede estimular el sector, con la consiguiente mejora de las economías locales y de la equidad energética», afirma la agencia.

Triplicar las renovables

Reconociendo el alto grado de concentración geográfica, Francesco La Camera, director general de IRENA ha comentado que «la historia de la transición energética y sus beneficios socioeconómicos no debería centrarse en una o dos regiones. Si queremos cumplir nuestro compromiso colectivo de triplicar la capacidad de energía renovable para 2030, el mundo debe redoblar sus esfuerzos y ayudar a las regiones marginadas a superar los obstáculos que impiden el progreso de su transición».

El máximo representante de la agencia solicita un refuerzo de la colaboración internacional, para «movilizar una mayor financiación para el apoyo a las políticas y el desarrollo de capacidades en países que aún no se benefician de la creación de empleo en el sector de las energías renovables».

El informe señala que para satisfacer la creciente demanda de competencias y talentos diversos que plantea la transición energética, «las políticas deben apoyar medidas que favorezcan una mayor diversidad de la mano de obra y la igualdad de género».

Igualdad de género

En concreto, las mujeres, que representan el 32% de la mano de obra total del sector de las energías renovables, «siguen teniendo una participación desigual a pesar de que el número de puestos de trabajo sigue aumentando».

Recalca IRENA que «es esencial que la educación y la formación conduzcan a diversas oportunidades laborales para las mujeres, los jóvenes y los miembros de grupos minoritarios y desfavorecidos».

Recualificar los trabajadores de los fósiles

«Invertir en educación, competencias y formación ayuda a recualificar a todos los trabajadores de los sectores de los combustibles fósiles, a abordar las disparidades de género o de otro tipo y a preparar a la mano de obra para las nuevas funciones de las energías limpias», destaca el Director General de la OIT, Gilbert F. Houngbo.

Indica que es esencial si se quiere dotar a los trabajadores de los conocimientos y competencias que necesitan para conseguir empleos decentes, y garantizar que la transición energética sea justa y sostenible.

«Una transición sostenible es lo que nos exige el Acuerdo de París, y lo que nos comprometimos a lograr cuando firmamos el Acuerdo», sostiene Houngbo.

Transición justa e integradora

Esta 11ª edición del informe anual del empleo en renovables forma parte del amplio trabajo analítico de IRENA sobre las repercusiones socioeconómicas de una transición energética basada en las energías renovables.

Esta edición -la cuarta elaborada en colaboración con la OIT- subraya la importancia de un enfoque centrado en las personas y el planeta para lograr una transición justa e integradora.

Desde las dos partes se reclama «un marco político holístico que vaya más allá de la búsqueda de la innovación tecnológica para alcanzar rápidamente el objetivo de triplicar la producción al menor coste posible, y que dé prioridad a la creación de valor local, garantice la creación de empleos decentes y se base en la participación activa de los trabajadores y las comunidades en la configuración de la transición energética».