Cambio climático

Científicos españoles estudian el impacto de los incendios forestales en los ecosistemas marinos

Una investigación del CSIC analiza por primera vez el estudio de la ecología del fuego en el medio marino

Incendios forestales
Incendio de Brescia

Científicos españoles han creado por primera vez el «marco conceptual para el estudio de la ecología del fuego en el medio marino», es decir, han puesto las bases para analizar el impacto de los incendios forestales en los ecosistemas marinos.

Las consecuencias de los incendios repercuten en la calidad del agua de los mares y océanos, provocando cambios en la vida marina que alteran la química de este entorno, en los nutrientes, la productividad del fitoplancton, y tienen efectos, tanto positivos como negativos, que afectan desde los microbios hasta mamíferos.

El trabajo, titulado Ecología del fuego en sistemas marinos ha sido publicado en la revista Trends in Ecology & Evolution por personal investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Valencia (UV) y la Generalidad Valenciana.

En el estudio también han colaborado científicos del Grupo de Investigación Biodiversidad y Conservación (BIOCON) del Instituto ECOAQUA, perteneciente a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Desde los ríos y el aire

Sus autores afirman que, en un momento de especial actividad de estos desastres naturales incentivados por el cambio climático, «los subproductos de los incendios forestales ingresan a los océanos a través de rutas terrestres y atmosféricas y representan un desafío para la sostenibilidad de los ecosistemas marinos».

De esta manera, los componentes y residuos de los incendios llegan al mar a través de los ríos y, también, a través del aire, provocando que «una proporción sustancial de los subproductos generados por los incendios forestales, incluidas las cenizas, el humo y los sedimentos, llegan al océano a través de vías terrestres (escorrentía y ríos) y de dispersión atmosférica (aerosoles)», según se detalla en la introducción del estudio.

Con este contexto de aumento de estos fenómenos,  afirman que «se necesita investigación para desentrañar la dinámica entre los incendios forestales y la vida marina, y el potencial de los océanos para mitigar las emisiones de los incendios forestales».

Desde los ríos y por el aire

Identifican que los incendios forestales son una de las principales perturbaciones ecológicas de diversos ecosistemas terrestres como los bosques boreales, los bosques templados, los matorrales mediterráneos, las sabanas tropicales y las praderas.

En estos ecosistemas, una parte importante de los subproductos generados por los incendios forestales (cenizas, humo y sedimentos) llegan al océano por vía terrestre a través de la escorrentía y de los ríos, y por vía atmosférica, por medio de aerosoles.

Con el calentamiento global, las tendencias previsibles apuntan a un aumento global de la actividad de incendios, lo que se traducirá en una mayor deposición en los ecosistemas marinos de materiales relacionados con los incendios forestales.

Sin embargo, la comprensión del impacto de estas perturbaciones en estos ecosistemas, tanto en la calidad del agua como en la biota marina, es todavía anecdótica y requiere de un mayor análisis.

Mareas rojas

«Es esperable que los incendios forestales tengan un impacto significativo en la ecología de los océanos. En concreto, esperamos que los subproductos de los incendios forestales aumenten el transporte de nutrientes de la tierra al mar, alteren la química marina y el ciclo del carbono y los nutrientes, así como la productividad del fitoplancton, y tengan efectos, tanto positivos como negativos, en la biota oceánica, desde microbios hasta mamíferos», explica Juli G. Pausas, investigador del CSIC en el CIDE que lidera este trabajo.

Ejemplos destacados de estos efectos incluyen los provocados por los extensos incendios forestales de 1997 en Indonesia, que provocaron mareas rojas que se extendieron por todo el archipiélago indonesio durante dos meses.

Estas mareas rojas, acompañadas de un agotamiento del oxígeno, provocaron una mortalidad significativa del fitoplancton, el zooplancton y los organismos bentónicos (que habitan el fondo del mar), y se consideraron responsables de la mortalidad de los corales que se produjo a lo largo de un tramo de 400 kilómetros en las islas Mentawai.

Durante los incendios australianos de 2019 y 2020, los aerosoles liberados, ricos en hierro, iniciaron una prolongada floración de fitoplancton en el Océano Pacífico Sur, que duró 4 meses, superando los registros anteriores y generando una gran fijación de carbono.

Peces, corales y plancton

Destacan los científicos que «cuantificar los efectos directos sobre diversas especies, como peces, corales y plancton, permitiría comprender mejor la dinámica de los ecosistemas marinos tras los incendios, y con ello ampliar el espectro de análisis y abrir las posibilidades de estudios cada vez más diferenciados».

También sería importante profundizar en las respuestas funcionales y adaptativas de las distintas especies que ocupan estos hábitats para comprender mejor los mecanismos que mantienen la biodiversidad en los ecosistemas marinos propensos al fuego.

Estas investigaciones son fundamentales para orientar los esfuerzos de conservación y las estrategias de recuperación de estos ecosistemas, así como para evaluar el potencial de los océanos para mitigar las emisiones de los incendios forestales.

Huella a largo plazo

Los océanos, «como sumideros de las emisiones de los incendios forestales
retienen aproximadamente el 6% del carbono secuestrado en los sedimentos marinos es de origen pirogénico», explican desde el CSIC.

Es decir, estos sedimentos procedentes de los compuestos carbonizados generados durante los incendios que fluyen desde el suelo a través de los ríos hasta alcanzar los océanos.

«La deposición y acumulación de estos compuestos tienen implicaciones significativas para el ciclo del carbono, funcionando como un sumidero geológico de carbono durante largos periodos de tiempo», asegura Pausas.

El estudio visibiliza que aproximadamente el 50% del carbón vegetal en los sedimentos se degrada en 3 años, mientras que la mitad restante puede perdurar durante milenios.

Microbios y fitoplancton

La cuantificación del papel que desempeñan los microbios marinos y el fitoplancton en la captura de las emisiones de carbono procedentes de los incendios forestales es también un campo de investigación crucial, aunque poco explorado. Profundizar en esta área no sólo mejoraría la comprensión de los ciclos biogeoquímicos globales, sino que ayudaría a afinar el balance global de carbono.

«Es esencial integrar este aspecto en los modelos globales del carbono y, al mismo tiempo, mejorar nuestra capacidad para cuantificar la transferencia de carbono al océano a través de la escorrentía y la sedimentación», explica Rodrigo Riera, investigador de BIOCON del Instituto ECOAQUA de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria.

Recalca Pausas que «debemos abordar la ecología del fuego en el medio marino para comprender en profundidad el impacto de los incendios forestales en nuestro planeta. Esto enriquecería nuestro conocimiento de los sistemas interconectados que constituyen la Tierra. En este marco, la ecología del fuego en los sistemas marinos constituye un área de investigación con gran proyección futura».