Quema su Ferrari ¡para comprarse otro!
Hay personajes en este mundo que merecen ser elevados a la categoría de mitos. Y no hablamos de científicos, filósofos o deportistas, sino de simples ciudadanos de a pie cuyas hazañas son difícilmente entendibles. Es el caso que nos ocupa hoy, ya que te vamos a contar una historia que de tan rocambolesca que es, es difícil de creer.
Pongámonos en situación. Tenemos en nuestro garaje el Ferrari 458 Italia, pero nos enamoramos de su sustituto, el Ferrari 488 GTB. ¿Qué hacer? Obviamente, si te has comprado un Ferrari, ‘descalzo’ no andas. Así que lo suyo es vender el modelo anterior para comprarte el nuevo, ¿no? Pues a un ciudadano suizo se le ocurrió un plan para hacer este cambio totalmente gratis. ¿Cómo? Tratando de estafar al seguro.
El individuo en cuestión, un chaval de 20 años cuyo padre es un alto empresario, había comprado en mayo del año pasado el 458 Italia por, según indican medios suizos, 221.000 euros. Nada más salir a la venta el 488 GTB nuestro amigo se encaprichó de él. ¿Cuál era el problema? Que su 458 Italia había perdido valor en el mercado, mientras que el 488 GTB cuesta unos 230.000 euros. Se creaba por tanto un agujero económico que le impedía disfrutar de su nuevo capricho.
Como el protagonista de la historia no se atrevía a pedirle el dinero a su adinerado progenitor, se empezó a gestar un plan de lo más inverosímil. El propio vendedor del concesionario que había gestionado la adquisición del 458 Italia le recomendó al ‘niñato’ -no tiene otro nombre- que provocase el incendio de su coche para obtener el dinero necesario para la compra del nuevo ‘Cavallino’. Pero, ¿cómo quemar el coche y que parezca un accidente? Muy sencillo, pagando casi 14.000 euros a dos individuos para que hiciesen el vandálico acto.
Todo estaba planeado. El dueño del Ferrari y su contacto en el concesionario viajarían a Alemania para disfrutar de un ‘relajante masaje’ en un conocido local de la zona, momento en el cual los dos compinches prenderían fuego al deportivo italiano. Todo salió a pedir de boca, ya que la policía germana concluyó que el ‘incidente’ se debió a un erróneo ajuste de cuentas derivado de la prostitución.
El dueño del 458 Italia siniestrado se frotaba ya las manos pensando en lo poco que le quedaba para disfrutar del nuevo 488 GTB… hasta que la policía empezó a indagar. Las cámaras de vigilancia próximas al local de masajes arrojaron imágenes sospechosas, lo que hizo a las autoridades investigar al propietario del coche. La escucha de llamadas privadas entre los implicados hizo el resto para desmontar el supuesto ajuste de cuentas, dejando al protagonista sin cobrar el dinero del seguro. Éste fue además juzgado por fraude, siendo condenado a un régimen de libertad vigilada durante un año y diez meses, además de a una multa de 30.000 euros. Los otros tres implicados permanecerán en libertad condicional entre 14 y 16 meses.
Lo más curioso del caso es que durante el juicio, este personaje confesó tener una colección de 15 coches de lujo, además de una paga semanal paterna de entre 4.500 y 9.000 euros. ¿Qué necesidad había de montar todo este jaleo? Lo dicho, un auténtico fenómeno el tipo…