Eduardo Losantos, mecánico, sobre el mito de la calefacción del coche: «¿Consume más si subimos el calor?»
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Con la llegada del invierno, muchos conductores se hacen la misma pregunta: ¿encender la calefacción del coche aumenta el consumo de combustible? Para despejar las dudas, el mecánico Eduardo Losantos lo explica con claridad: «La calefacción del coche no funciona como el aire acondicionado; no consume energía extra porque aprovecha el calor que ya genera el motor».
Cuando el coche está en marcha, parte del calor se canaliza a través del circuito del líquido refrigerante. Este líquido pasa por un pequeño radiador, llamado «radiador de calefacción», ubicado en el interior del habitáculo. Un ventilador impulsa el aire a través de este radiador, enviando el aire caliente hacia las rejillas del salpicadero. Por lo tanto, «la calefacción del coche no necesita energía adicional para funcionar, porque ese calor ya está disponible gracias al motor».
¿La calefacción del coche aumenta el consumo de combustible?
@tallerlosantos ¿La calefacción de tu coche aumenta el consumo de combustible? 🔥🚗 En este video desvelamos si usar la calefacción realmente hace que tu coche consuma más. Te contamos, de manera sencilla, los factores que pueden influir en el consumo y desmontamos algunos mitos comunes. #calefaccion #tallermecanico #coches ♬ sonido original – Los Santos
Ahora bien, existen dos situaciones específicas en las que sí puede haber un incremento de consumo, aunque no sea por la calefacción en sí misma. La primera ocurre en los coches eléctricos, y la segunda, cuando se utilizan otros sistemas complementarios, como el desempañador de lunas o los asientos calefactables.
En los coches eléctricos, la calefacción consume energía directamente de la batería. Como estos vehículos no generan calor mediante combustión, necesitan un sistema eléctrico o de bomba de calor para calentar el habitáculo. «En este caso sí hay un consumo adicional», explica Losantos. «Encender la calefacción puede reducir la autonomía entre un 10% y un 20%, dependiendo del modelo y de la temperatura exterior».
En los coches de combustión, «el desempañador trasero, los asientos calefactables o el volante térmico sí aumentan el gasto, porque requieren energía eléctrica. Y esa energía proviene del alternador, que a su vez demanda algo más de esfuerzo al motor», aclara el mecánico. «Pero estamos hablando de un aumento muy pequeño, casi imperceptible en el consumo total».
El mito del aire acondicionado
Parte de la confusión proviene de comparar la calefacción con el aire acondicionado. En verano, al encender el aire frío, el compresor del sistema de climatización entra en funcionamiento, lo que efectivamente exige más trabajo al motor y eleva el consumo de combustible entre un 5% y un 10%. Sin embargo, en invierno el sistema funciona de manera inversa.
«El aire acondicionado sí tiene un compresor que roba potencia al motor», recuerda Losantos. «La calefacción, en cambio, sólo aprovecha lo que ya está ahí: el calor del motor. Por eso no tiene un impacto real en el gasto de combustible».
Algunos vehículos modernos cuentan con sistemas automáticos de climatización dual o bizona. En estos casos, si el aire acondicionado se activa para eliminar la humedad o desempañar, podría entrar en juego el compresor durante unos segundos. Sin embargo, este uso puntual tampoco representa un aumento considerable en el consumo.
Finalmente, Eduardo Losantos comparte un truco que muchos conductores desconocen. «Si quieres calentar tu coche más rápido, enciende la calefacción con el ventilador a velocidad media y utiliza la recirculación de aire por unos minutos», aconseja. «Esto ayuda a que el aire dentro del habitáculo se caliente antes, ya que no está entrando aire frío del exterior».
Factores que pueden aumentar el consumo en invierno
Aunque la calefacción no sea culpable, sí existen otros factores estacionales que incrementan el gasto de combustible durante los meses más fríos del año. En primer lugar, el motor tarda más tiempo en alcanzar su nivel óptimo de funcionamiento, lo que implica más tiempo en modo ineficiente. Asimismo, el uso de accesorios eléctricos, como los limpiaparabrisas, también conlleva un mayor consumo, aunque sea mínimo. Por último, el aire frío reduce la presión de los neumáticos, lo que incrementa la resistencia al rodaje.
Consejos de la DGT
«Con la llegada del frío y la bajada de las temperaturas, el uso de la calefacción dentro del coche se vuelve cada vez más habitual. Sin embargo, según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), la temperatura ideal para circular debe mantenerse entre 19 y 22 grados.
Conducir con una temperatura demasiado alta puede provocar somnolencia, fatiga e irritabilidad, reduciendo la atención al volante y aumentando el riesgo de accidentes. Además, los expertos recomiendan no conducir con abrigo, ya que limita la movilidad y evita que el cinturón se ajuste correctamente.
Por otro lado, AECA-ITV insiste en que calentar el coche no debe implicar calentar el planeta. Para ello, se recomienda no dejar el motor encendido en paradas largas, revisar el sistema de encendido, el tubo de escape y los neumáticos, y evitar el exceso de peso en el vehículo».
