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Los camioneros españoles estallan ante la llegada de conductores de Marruecos: «No tienen límite…»

Conductores de Marruecos

El sector del transporte por carretera en España está atravesando una época convulsa. A la falta de relevo generacional, la competencia creciente a nivel internacional y la presión por los altos precios del combustible, se suma ahora un nuevo factor que está generando mucha polémica: los conductores de Marruecos. En un principio, parecía un simple acuerdo de colaboración entre ambos países para cubrir la falta de conductores nacionales, pero pronto se ha transformado en una fuente de preocupación y malestar para los profesionales españoles.

Todo comenzó hace unos meses, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez firmó un acuerdo con el rey Mohamed VI por el cual se reconocería la validez de los permisos de conducir de vehículos pesados expedidos en Marruecos. Sin embargo, numerosos colectivos de camioneros españoles alertaron de que no era viable permitir que profesionales formados bajo una normativa diferente pudieran circular en territorio español sin un proceso previo de homologación real. «No se trata de que sean marroquíes, franceses o portugueses. El problema es que muchos de ellos no conocen nuestras señales de tráfico, no hablan el idioma y, además, vienen con prácticas de conducción que aquí serían sancionadas de inmediato», señala Manuel Rivas, portavoz de una asociación de transportistas de Castilla-La Mancha.

El problema de los conductores de Marruecos en España

Actualmente, se calcula que trabajan de forma estable en España alrededor de 20.000 camioneros de Marruecos, a los que hay que sumar unas 80.000 autorizaciones temporales que se han expedido en los últimos años.

Las asociaciones españolas denuncian que la competencia se está volviendo desleal y recuerdan que la entrada masiva de conductores extranjeros no es un fenómeno nuevo: «Primero fueron los de Europa del Este, ahora los de Marruecos. La diferencia es que, en este caso, la sensación de descontrol es mayor», explica Rivas.

El problema del tacógrafo y los límites de velocidad

En Europa, es obligatorio uso del tacógrafo, que registra la velocidad, los tiempos de conducción y descanso de un camión, y su manipulación constituye una infracción grave. Sin embargo, en Marruecos el uso de tacógrafos no está extendido ni regulado de la misma manera.

Según denuncian transportistas españoles, numerosos camiones marroquíes llegan a España con los discos manipulados o directamente sin limitación de velocidad: «nosotros no podemos pasar de 90 km/h porque el camión no lo permite. Si lo manipulamos, la multa y la retirada de puntos son inmediatas. Ellos, en cambio, pasan a 120 km/h tranquilamente y nadie les dice nada», explica José Antonio, un camionero con 25 años de experiencia, según recoge El Debate.

España tiene una de las tasas de siniestralidad más bajas de Europa en carretera, mientras que Marruecos registra cifras de accidentes mucho más elevadas. «No podemos olvidar que un camión de 40 toneladas mal conducido es un riesgo enorme para todos los usuarios de la carretera», apunta María Ángeles López, especialista en movilidad.

La falta de camioneros en España

Sin embargo, no se puede obviar otro problema de fondo: en España faltan camioneros. El sector estima que harían falta entre 15.000 y 20.000 conductores adicionales. Ante este panorama, la llegada de conductores de Marruecos se presenta para las empresas como una solución inmediata.

«Es una paradoja: se necesitan camioneros, pero se rechaza a los que llegan de fuera porque no cumplen las mismas normas. La solución no puede ser mirar hacia otro lado», señala López.

Algunos expertos plantean que la solución está en exigir una homologación real de los permisos de conducir extranjeros, así como una formación obligatoria en normativa española y europea antes de autorizar a un conductor a trabajar en España.

El futuro del transporte en España

El conflicto con los conductores de Marruecos sólo es la punta del iceberg de una crisis mucho más profunda que atraviesa el transporte por carretera en España.

La digitalización de procesos, la presión por avanzar hacia la descarbonización y las exigencias cada vez más estrictas en materia de sostenibilidad han colocado a empresas y conductores en un entorno de cambio constante. A estos factores se suma la revolución del comercio electrónico, que ha multiplicado la demanda de entregas rápidas, frecuentes y con márgenes de error prácticamente nulos.

En este contexto, muchos profesionales perciben que sus condiciones laborales no mejoran, sino que se deterioran. La competencia internacional, unida a la llegada de conductores de otros países con condiciones distintas, incrementa aún más la sensación de desigualdad entre los transportistas españoles.

Los próximos años serán determinantes. España debe encontrar un equilibrio entre la apertura al exterior y la defensa de sus propios profesionales. No se trata únicamente de una cuestión económica, sino también de seguridad vial y de sostenibilidad.

El testimonio de los propios transportistas aporta un matiz clave: no rechazan la presencia de trabajadores extranjeros en sí misma. Lo que reclaman es igualdad de condiciones para construir modelo de transporte competitivo, seguro y respetuoso con quienes lo sostienen día a día.

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