Carreteras España

Adiós al periodo de prueba: la DGT ya está multando con su radar de tramo en ésta famosa carretera de España

DGT

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha comenzado a sancionar a los conductores que circulen superando la velocidad máxima permitida en el nuevo radar de tramo en la circunvalación GR‑30 de Granada, marcando el fin del periodo de prueba iniciado a principios de agosto. La implementación de radares en tramos específicos se ha convertido en una de las principales estrategias de la DGT para mejorar la seguridad vial en España, y Andalucía no es la excepción.

En Granada, el radar de la GR‑30 cubre el tramo comprendido entre los kilómetros 11,9 y 10, en sentido decreciente hacia Jaén; comienza aproximadamente en la salida 11, cerca de la Avenida de la Constitución y La Chana, y termina alrededor de la salida 9, con dirección hacia Málaga y la A‑92G. El límite de velocidad establecido es de 90 km/h.

El nuevo radar de tramo de la DGT

«Los radares de tramo están operativos desde 2010 y se instalan en autopistas, autovías y carreteras convencionales, pudiendo abarcar varios kilómetros de longitud. Para advertir a los conductores de la proximidad de un tramo con velocidad controlada, se señaliza con antelación mediante el panel correspondiente. En realidad, no son «radares» en el sentido tradicional de los cinemómetros; se trata de un sistema de cámaras que graban de forma continua, identificando la matrícula de cada vehículo tanto a la entrada como a la salida del tramo. Un ordenador relaciona las matrículas iguales, calcula los tiempos de paso y determina la velocidad media del vehículo. Si la velocidad media se encuentra por debajo del límite, no se genera ninguna infracción; en cambio, si la velocidad media supera el límite establecido, se tramita automáticamente la denuncia correspondiente», explica el organismo dirigido por Pere Navarro.

El nuevo radar de tramo en la circunvalación GR‑30 de Granada empezó a sancionar el 1 de septiembre, tras finalizar su periodo de prueba. Este dispositivo forma parte de un conjunto de 32 radares que ya están operativos en toda España, reflejando la apuesta de la DGT por este tipo de sistemas. La instalación de este tipo de radares responde a la necesidad a una vigilancia más completa y eficaz; dado que miden la velocidad media a lo largo de un tramo, se evitan los clásicos frenazos ante un punto de control, fomentando una conducción más segura para todos los usuarios de la vía.

Además del radar de la GR‑30 en Granada, la DGT ha instalado siete dispositivos adicionales en otras carreteras andaluzas. Entre ellos se incluyen tramos de la A‑4 en Sevilla, la N‑340 en Cádiz, la A‑377 en Málaga, la A‑7 en Cádiz y la A‑48 también en Cádiz. Cada radar tiene un sentido de control específico y un tramo definido. Por ejemplo, el radar de la A‑4 en Sevilla vigila desde el kilómetro 532,67 hasta el 531 en sentido decreciente, mientras que el de la N‑340 en Cádiz cubre del kilómetro 80,64 al 79,4, también en sentido decreciente. La A‑7 en Cádiz cuenta con dos tramos vigilados, uno en sentido creciente y otro en sentido decreciente.

Además de los nuevos radares, la DGT recuerda que existen puntos críticos que acumulan más sanciones en la provincia de Granada. Según el último recuento realizado por Automovilistas Europeos Asociados en julio de 2024, los cinemómetros con más denuncias incluyen el kilómetro 893 de la A‑7, con 5.308 sanciones; el kilómetro 267 de la A‑92, con 5.004 denuncias; el kilómetro 183 de la A‑92, con 4.082 sanciones; el kilómetro 919 de la A‑7, con 2.968 denuncias; y el kilómetro 239 de la A‑92, con 2.905 denuncias.

Exceso de velocidad

«Uno de los efectos negativos más destacados de la velocidad es que afecta al proceso de percepción visual del conductor, provocando el llamado efecto túnel, que reduce la capacidad de anticipación y favorece la aparición de fatiga, agresividad y distracciones. A medida que aumenta la velocidad, disminuye la amplitud del campo visual útil; el efecto túnel impide apreciar peligros en los laterales de la carretera, algo especialmente peligroso en las intersecciones. Las imágenes laterales se desplazan tan rápido que el ojo no las capta, y solo se ve con nitidez el centro de la imagen.

Así, cuanto mayor es la velocidad, menor es la capacidad para observar y analizar lo que ocurre alrededor, incluyendo señales, peatones y otros vehículos, lo que dificulta reaccionar a tiempo y con seguridad. Por ejemplo, a 80 km/h ya se pierde un 35% de eficacia visual, y la pérdida aumenta significativamente a velocidades como 150 km/h. Por ello, el exceso de velocidad reduce la capacidad de anticipación: a velocidad adecuada se pueden detectar a tiempo las intenciones de otros usuarios y reaccionar para evitar accidentes, mientras que con exceso de velocidad es posible que no se perciba la situación de emergencia hasta que sea demasiado tarde. Además, conducir durante mucho tiempo a alta velocidad acelera la fatiga, incrementa la probabilidad de distracciones y puede fomentar comportamientos agresivos, afectando seriamente a la seguridad en la circulación», advierte la DGT.

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