Preocupantes declaraciones

Ortega Cano, más abatido que nunca: «No puedo más y mi corazón tampoco»

José Ortega Cano
José Ortega Cano con su hijo José Fernando en los juzgados / GTRES

Diversas heridas y arañazos que van desde la frente a la comisura de los labios evidencian que el fin de semana no fue fácil para José Fernando. El hijo de Rocío Jurado volvía a tener problemas con la justicia al agredir a dos agentes y este lunes debía comparecer en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Alcobendas para explicar los hechos ante un juez. El joven acudía arropado por sus tíos Aniceto y Conchi, su prima, y también por su padre, José Ortega Cano, que a su salida no ha podido evitar emocionarse al hablar de la complicadísima situación que atraviesa su hijo mayor.

“Estoy muy afectado. Este día a día no se puede aguantar y mi corazón tampoco”, ha declarado el torero a los periodistas que le esperaban en las inmediaciones del juzgado. El diestro cree que lo mejor es incapacitar a su hijo para evitar más problemas, algo que solo podrían conseguir con un informe firmado por la López Ibor. “Sería lo más lógico. Solo le pueden ayudar los médicos especialistas porque la cárcel para una persona que está enferma no es lo más adecuado”, explica Ortega visiblemente agotado.

José Ortega Cano

José Ortega Cano a su salida de los juzgados / GTRES

El abogado de José Fernando ya trabaja en la petición de este informe que avale que el joven no es capaz de hacerse con las riendas de su vida. Un informe que también podría rebajar la pena a la que podría ser condenado tras su último episodio violento con un un agente. Se le acusa de atentado contra la autoridad y este lunes él y el agente agredido han testificado para dar su versión de los hechos. El proceso de instrucción no se ha cerrado y, tal y como ha explicado Ortega Cano, este martes volverán a los Juzgados para terminar de recoger las pruebas que pueden llevar a José Fernando a un juicio penal.

Su declaración ha durado toda la mañana. José Fernando entraba en las instalaciones judiciales a las nueve y media de la mañana y no salía hasta pasadas las tres de la tarde. Eso sí, no han entrado a declarar hasta las 11:00 horas.

Entre tanto, la paciencia de Ortega Cano empieza a agotarse y este lunes la desesperación ya era evidente en los gestos del torero. Se resigna a creer en una pronta recuperación del joven que, pese a todos los esfuerzos de su familia, acumula numerosos antecedentes penales que están a punto de devolverle a prisión.

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