¡Tiempo de vendimia! Rutas del vino sin salir de Madrid
Descubrimos las últimas cuatro bodegas de la interesante ruta enoturística por Madrid que hemos recorrido durante 7 emocionantes entregas
Con esta última escapada cerramos la espectacular ruta enoturística que, desde el pasado mes de enero, nos ha llevado por toda la Comunidad de Madrid. 11 municipios y casi una veintena de bodegas que hemos recorrido con el fin de descubrir todos los atractivos que ofrecen los vinos de esta región. Ahora toca despedirse abriendo las puertas de las últimas cuatro bodegas de este recorrido único.
Licinia (Morata de Tajuña)
Dos operarios están trasegando vino para dejar depósitos vacíos porque la vendimia está al caer mientras Óscar García, enólogo, nos acompaña por las instalaciones de esta ‘doble’ bodega ubicada en Morata de Tajuña. “Tenemos un proyecto que se fija como meta la máxima calidad”, nos cuenta. “En Licinia tenemos 28 hectáreas de viñedo ecológico propio, hacemos vendimia manual en cajas de 10 kilos, la uva pasa por dos mesas de selección, llevamos un control de temperatura exhaustivo y respetamos vinificaciones largas, que permiten que los vinos se hagan poco a poco y extraigan todas las características de cada terruño”. Solo elaboran un vino, Licinia, un coupage de tempranillo, cabernet, syrah y merlot sencillamente espectacular.
Sin embargo, hablamos de ‘doble’ bodega porque este no es el único proyecto que convive en las instalaciones. Hace un tiempo nació Muss, una segunda enseña cuya primera añada es de 2016. Han seleccionado una serie de parcelas locales (en este caso no tienen viñedo propio) y trabajan con viñadores de la zona de Valdilecha, donde han dado con unos tempranillos viejos de gran calidad. Nos cuenta Óscar que la vendimia también es manual y se busca la calidad, pero es otro concepto de bodega, “muy automatizado, muy moderno, con un sistema de vinificación pionero en España y en el que solo se necesitan 3 personas para procesar toda la uva”. Crianza Muss, el único vino que, por ahora, se elabora aquí, es también un coupage de cuatro variedades, pero en el que la fruta está mucho más presente, con un paso por barrica de roble francés de 500 litros.
Están ultimando los detalles de una gran remodelación, que les ha permitido acercar Muss a las instalaciones y habilitar accesos y salas dirigidas a catas con el fin de lanzar interesantes planes enoturísticos, nos comenta Víctor Algora, fundador y dueño de la bodega, quien, junto con Óscar (enólogo) y José Luis Román (director técnico) están tras este gran proyecto.
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Vinícola de Arganda (Arganda del Rey)
La Cooperativa Vinícola de Arganda es la única bodega de Europa a la que se puede llegar en Metro. Sin duda, un gran reclamo para acercarse hasta allí. “La Vinícola tiene 85 años de tradición y fue fundada por gente de la zona. Hoy somos 51 socios, con 110 hectáreas de viñedo y yo soy el único nieto de familia fundadora que se ha unido”, nos cuenta Cipri Guillén, quien no solo tiene el mayor porcentaje de la cooperativa sino que acaba de emprender un ilusionante proyecto de enoturismo. Curtido en el campo y trabajador incansable, nos lleva por los viñedos para enseñarnos dónde se inicia el ciclo del vino, recorremos viñas de diferentes variedades y nos enseña parcelas que ya tiene en mente plantar.
Además, nos cuenta la ruta que acaba de estrenar en el programa enoturístico. “Quedamos en la bodega y me los llevo al campo, les explico cómo se ponen las viñas, cómo es una planta, las variedades… He preparado una carriola y a la gente le encanta”, explica con entusiasmo. Montados en la carriola, se puede disfrutar de un recorrido por el campo de hora y media con diferentes paradas a pie de viña. Ya en bodega, otra hora y media donde se explican los procesos de elaboración y se catan tres vinos maridados con tres tapas. Además, como las instalaciones cuentan con restaurante, ofrecen la posibilidad de cerrar la visita con un menú tradicional a un precio estupendo.
Del catálogo de vinos que producen, casi una decena están amparados bajo la D.O. Vinos de Madrid. Sobre ellos hablamos con Jaime Álvarez, enólogo de la cooperativa, quien nos cuenta que tienen un rosado y un tinto jóvenes elaborados con tempranillo; un joven roble selección especial, con un paso corto por barrica de 4-6 meses; un crianza de tempranillo y syrah con 10 meses en barrica nueva y un reserva con idéntico coupage pero con madera durante 16-18 meses. Además, un blanco malvar, con el que están especialmente felices: “Después de unos 15-20 días de maceración se mete en barrica para que acabe el proceso de fermentación, donde madura sobre sus lías. Es un vino blanco con más volumen, más suntuoso”.
Tagonius (Tielmes)
Ha pasado por varias manos y se encuentra actualmente en un apasionante momento: recuperar el lugar que ocupó antes de la crisis. “Queremos hacer el mejor vino de Madrid”, nos cuenta Javier Carracedo, director de Tagonius y batuta de esta nueva etapa para la reconocida bodega de Tielmes, cuyo nombre responde al que los romanos le pusieron al río Tajuña. Han cambiado las botellas -de bordelesa a borgoña-, las etiquetas, han adaptado sus vinos a los gustos del mercado actual y simplificado la línea básica para que camine fiel hacia una filosofía clara. Tagonius blanc y tres tintos -roble, crianza y reserva- que se elaboran con un coupage de variedades propias (cuentan con 33 hectáreas de viñedo en 23 parcelas) como cabernet sauvignon, petit verdot, melot, syrah o viognier. Cuatro referencias que representan el espíritu de Tagonius, pero el de una nueva era, donde también hay tiempo para pensar en productos especiales.
“Queremos sacar vinos especiales con tiradas pequeñas. Cosas que sorprendan, como monovarietales, por ejemplo”. ¿Lo último? Raíces, un vino que sale próximamente al mercado y que recupera las fórmulas más tradicionales: “Cada vez se quiere más fruta, pero hay clientes a los que les gusta el vino como se hacía aquí hace 20 años”. Tienen la mayor línea de embotellado de la Comunidad de Madrid y unas instalaciones impresionantes, pero su foco está en otro lado. “No queremos tener 23 referencias, ni vino a granel, ni competir en números, solo hacer un vino de calidad y trabajar por recuperar la bodega”.
Una bodega que tiene un gran secreto, una zona que pertenece a las antiguas instalaciones donde uno se puede meter en depósitos donde el vino maceraba y fermentaba hace muchos años. Aún con las huellas tintas en las paredes, no solo se ha conservado y rehabilitado, sino que será un paso clave de las futuras rutas enoturísticas. “Tenemos grupos todas las semanas, pero yo entiendo que la experiencia enológica no debe quedarse en la bodega, sino que debe integrarse en el campo”, nos explica entusiasmado Javier, quien tiene grandes planes en este sentido. “Quiero que la gente pueda participar del campo, no solo de la vendimia, sino también de la poda, ver cómo crece… Además, tenemos una zona preciosa para recorrer los viñedos en bicicleta y habrá rutas”.
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Cuarto Lote – Cuatro Infantes (Nuevo Baztán)
En 2002 plantaron el viñedo, de 2004 es su primera añada y la bodega se construyó en 2011. Años importantes a los que habrá que sumar este 2018 pues supondrá otro gran salto para esta Bodegas Cuarto Lote – Cuatro Infantes (antes V de Valmores). Se han embarcado en un ambicioso reto que, a buen seguro, será el espaldarazo definitivo para este proyecto ubicado en Nuevo Baztán. Están construyendo una bodega a unos pasos de la anterior, con unas instalaciones amplias y abiertas, rodeadas de zonas ajardinadas. “Allí estarán los depósitos, esto será el botellero, ahí irá una sala polivalente con cristalera a las barricas…”, nos explica emocionado su enólogo, Daniel Orusco, “y justo debajo hay un río subterráneo así que la climatización y refrigeración vendrá de ahí. Hemos diseñado un proyecto basado en la sostenibilidad energética”.
La nueva bodega verá unas 120.000 botellas por añada de su única referencia en el mercado, V de Valmores, un coupage de cabernet, merlot y syrah con uvas procedentes de viñedo propio. Lo visitamos y comprobamos, con una cata a pie de viña, que la vendimia está cada día más cerca. Charlamos de vino con Daniel y también con José Antonio Calvo, dueño de Cuarto Lote, quien ha mamado el vino de familia. Ahora, con una gran inversión en marcha y la ilusión de que todo vaya bien, se muestra entusiasmado porque, más allá de la producción, ya podrá diseñar un interesante programa de enoturismo que acerque a los curiosos del vino a la bonita localidad de Nuevo Baztán. “Ahora se hacen visitas de forma puntual, pero queremos estar abiertos los fines de semana, preparar jornadas enoturísticas, organizar eventos… Hay mucho por hacer”.
Mucho más que vino: Morata de Tajuña, Tielmes y Valdilecha
La zona sureste de Madrid ofrece grandes atractivos turísticos más allá del vino. Escápate y descubre sus municipios; Morata de Tajuña, Tielmes y Valdilecha son nuestra parada en esta ruta.
En Morata de Tajuña son paradas imprescindibles la Plaza Mayor y la Plaza de la Iglesia. En la primera se encuentra la Casa Consistorial, con estética propia de finales del siglo XIX y elementos como forja y caliza; en la segunda, la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, de principios del XVII y reconstruida en los años 40, dado que fue duramente castigada durante la Guerra Civil. Además, sus hermosas ermitas, el museo etnológico, el museo de la molinería, sus casas cueva o sus magníficas rutas naturales son otros de sus lugares de interés.
Por su parte, uno de los monumentos más representativos de Tielmes es su puente romano sobre el Tajuña, construido en 1637. Pero también la Iglesia de los Santos Justo y Pastor o las ermitas de San Isidro y de los Santos Niños. Esta localidad cuenta además con diferentes muestras que permiten trasladarse a los usos y costumbres de otro tiempo, como su casa museo y escuela rural, el museo casa cueva o un lavadero municipal perfectamente conservado.
En Valdilecha tampoco faltan bonitas ermitas -Cristo del Amparo, Virgen de la Oliva y San José- que se unen al referente religioso de la Parroquia de San Martín, construida en el siglo XIII y de estilo gótico-mudéjar. Sus rutas naturales, que atraviesan pinares, campos de cereales o fuentes naturales, son otro de sus grandes atractivos turísticos para disfrutar y descubrir la zona.
Más información sobre Madrid y sus vinos en: Madrid Enoturismo
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