CINE

Lita Trujillo, la estrella del Hollywood dorado que vive en Madrid, reaparece tras la muerte de su hijo

La actriz, una leyenda viva de la interpretación, reapareció este miércoles en el funeral de Ira de Fürstenberg

Trabajó con grandes estrellas como Paul Newman, Joseph Cotten, Glenn Ford, Steve McQueen, Anthony Quinn...

Lita Trujillo da el pésame a Hubertus Hohenlohe. / GTRES
Lita Trujillo da el pésame a Hubertus Hohenlohe. / GTRES
Eduardo Verbo
  • Eduardo Verbo
  • Jefe de LOOK. Licenciado en Periodismo, se ha dedicado a los asuntos de la realeza y la aristocracia en El Mundo, Vanity Fair y ¡Hola!
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Pocos saben que cerca del Santiago Bernabéu, en Madrid, vive una auténtica estrella del Hollywood clásico. Lita Milán trabajó en 38 películas y telefilmes con las grandes estrellas de la época: Paul Newman, Joseph Cotten, Glenn Ford, Steve McQueen, Anthony Quinn… e incluso mató en la ficción a la inolvidable Barbara Stanwyck. Con muchos de ellos, tuvo lo que, divertidamente, ella misma reconoce como «episodios eróticos». Sin embargo, un día se enamoró de Ramfis Trujillo, hijo de Rafael Leónidas Trujillo, el dictador de República Dominicana cuya vida noveló Mario Vargas Llosa en La fiesta del chivo, y lo dejó todo. Se casaron y tuvieron dos hijos: Ramses y Ramfis. El primero falleció en octubre de 2022 a consecuencia de una enfermedad que lo acompañó desde hacía tiempo. Desde entonces, su madre, una habitual en la crónica social de España, donde recaló en 1965 tras un largo exilio en Portugal y Francia tras la muerte de su suegro en 1961, se encerró en su domicilio y apenas salió.

Este miércoles 10 de abril, Lita Trujillo, como es conocida, rompió su ostracismo al acompañar a su amigo Hubertus Hohenlohe, en el funeral de su madre, la princesa Ira de Fürstenberg, que reunió a lo más granado de la capital en la Basílica de San Francisco El Grande. Nacida, según ella, en un lugar cerca de Jaffa cuando Israel no había sido fundado, creció en el barrio Hell’s Kitchen de Nueva York, estudió Literatura en París y consiguió triunfar en Hollywood.

Lita Trujillo, en Hollywood.

Lita Trujillo, en Hollywood.

Su carrera en la meca del cine se comenzó a forjar cuando presentaba en Las Vegas la actuación de Nat King Cole. Ramfis, jefe de la Aviación de la República Dominicana, tenía 29 años, estaba casado, tenía seis hijos y estudiaba en la academia militar de Fort Leavenworth, pero le encantaba escaparse a Hollywood para agasajar a las actrices con joyas y coches de lujo. Solía ir acompañado del exmarido de su hermana Flor de Oro, el playboy dominicano Porfirio Rubirosa, de quien Truman Capote alabó su miembro viril.

Lita Trujillo, arriba de Nat King Cole.

Lita Trujillo, arriba de Nat King Cole.

Un día, Lita y Ramfis coincidieron en Mocambo, el nightclub más famoso de Hollywood. Ella había acudido para reunirse con los productores de una película sobre Al Capone que quería hacer Elia Kazan. Ramfis, acompañado por Kim Novak y Zsa Zsa Gabor, no le quitó ojo en toda la noche. Se casaron y, finalmente, recalaron en Madrid. Se instalaron impresionante palacete que había pertenecido al banquero mallorquín Juan March en la urbanización madrileña de La Moraleja. Pero pronto llegaría la tragedia a la vida de Lita, cuyos muchos miembros de su familia, cuenta ella, murieron en las cámaras de gas a manos de los nazis ya que eran judíos.

Lita Trujillo, junto a Barbara Stanwyck.

Lita Trujillo, junto a Barbara Stanwyck.

En 1969, el Ferrari 365 California de su marido se estrelló contra el Jaguar de Teresa Bertrán de Lis y Pidal, duquesa de Alburquerque, quien viajaba con su hijo, Joannes Osorio, actual marido de la modelo Blanca Suelves. Ambos murieron. Él tenía 39 años. «Es el único hombre del que he estado enamorada. Era mi latin lover soñado, mi Rhett Butler», dijo Lita a Vanity Fair. Posteriormente, mantuvo una relación intermitente con el torero Jaime Ostos.

Lita Trujillo, a bordo de su Rolls Royce. / GTRES

Lita Trujillo, a bordo de su Rolls Royce. / GTRES

Poco a poco, su tren de vida se vio afectado. Tuvo que irse de su mansión de La Moraleja y vender el Rolls Royce Corniche. Adiós también al sobrenombre de Lady Corniche. Era conocida así en ciertos sectores, ya que se paseaba con este coche por Madrid y Marbella. Y así fue cómo se instaló en un piso en los aledaños del estadio del Real Madrid, donde devora la poesía de Federico García Lorca, recuerda a su amigo Paco Umbral y, cuando lo emitían, se relajaba ante el televisor viendo el sainete del Merlos Place.

Apesar de su vida tan pública, se desconoce cuántos años tiene. Unos sostienen que 90; otros, que más. Ella, que es mucho más inteligente de lo que aparenta detesta hablar de años… y de extensiones. Sus razones tendrá. Lo que es inexplicable es que un trozo de historia de Hollywood anda suelto por Madrid… y nadie le ha hecho una película todavía. Ella misma aporta el título: «Soy una bella manzana… golpeada por la vida».

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