Aires tropicales llegan a La Cocina de San Antón
La Cocina de San Antón estrena nueva imagen preparada para acoger, en plena temporada de terrazas, uno de los ambientes más cool de la capital. Ubicada en la azotea de su mercado homónimo, en pleno barrio de Chueca, este restaurante apuesta por las maderas claras, papeles pintados y telas con motivos tropicales para sumergir a su clientela en el trópico urbano con una estética vanguardista.
Diferentes zonas convierten La Cocina de San Antón en un lugar ideal para disfrutar del after work o de una noche en compañía de amigos hasta bien entrada la madrugada degustando su extraordinaria y selecta oferta gastronómica.
El restaurante interior, nos sorprende con una nueva zona lounge en la que la barra de cócteles se hace protagonista. El refugio perfecto para desgustar los refinados y originales cócteles de su innovadora carta, creada para la ocasión.
La zona de terraza descubierta con una decoración especial sigue ganando adeptos que les gusta disfrutar del encantador cielo de Madrid y amplía espacios con vistas a las deliciosas fachadas de Chueca, con respecto a la terraza cubierta o invernadero se vuelve más recogida y acogedora, dotándola de numerosa vegetación y con una cuidada iluminación que hace irresistible disfrutar de su estancia.
La oferta gastronómica en constante evolución se amolda a los productos de temporada y a las diferentes tendencias. Además de sus habituales platos del mejor salmorejo o ibéricos se introducen unos guiños de estilo fresco e internacional que ayudan a crear una carta donde descubrir platos del mundo en diferentes vertientes como el Pad thai de langostino, ceviche de lubina estilo ecuatoriano o unos deliciosos pan bao rellenos de pato pekín. Además se pueden adquirir en los puestos de la primera planta del Mercado productos frescos para ser cocinados al gusto.
Se encuentra abierto desde las 10 de la mañana para disfrutar de una gran variedad de zumos naturales, cafés o tés con los primeros rayos del sol.
A partir de las siete el ambiente se vuelve irresistible, hora de encuentro a la salida del trabajo, que no cesa hasta su cierre a las doce y media de la noche entre semana y hasta las dos los días festivos y vísperas.