El collar de diamantes que tumbó la reputación de la reina María Antonieta sale a subasta
La impresionante joya lleva emparejada una leyenda que desprestigió durante dos siglos a la reina decapitada
Parte de sus diamantes procedían de la gargantilla que provocó un fuerte escándalo en París
Es una de las joyas más importantes de la historia y su trayectoria ha estado vinculada fundamentalmente al mundo de la realeza. Se trata del collar de diamantes que nunca llevó la esposa del rey Luis XVI de Francia, la reina María Antonieta, pero que tuvo mucho que ver con su trágico final. Un collar que, curiosamente y según algunos expertos, fue testigo de la llegada al trono de una de las monarcas más importantes del siglo XX, la Reina Isabel II. Al menos, una parte del original.
Estamos hablando de un collar de 500 diamantes y 300 quilates que va a subastar la casa Sotheby’s. Una impresionante pieza que procedía originalmente a la colección privada de los marqueses de Anglesey y que lució Shirley Paget -marquesa de Anglesey-, en la coronación de la Reina Isabel II en el año 1953. Antes de eso, la joya también estuvo presente en la coronación del padre de la monarca, Jorge VI, adornando el cuello de la anterior marquesa.
La marquesa de Anglesey (a la derecha de la foto) con el citado collar en 1953. (Foto: Gtres).
Sin embargo, aunque las conexiones de esta espectacular pieza con la historia de los Windsor y con una importante familia aristocrática, lo que más llama la atención es su vinculación con la decapitada reina francesa.
Varias fuentes consideran que el collar tiene algunos de los diamantes que formaban parte del polémico collar que tanto afectó a la imagen de la monarquía en Francia y que con el que, en realidad, la reina María Antonieta no tuvo relación alguna. El denominado asunto del collar fue uno de los escándalos más graves de la última etapa del reinado de Luis XVI. Se acusó a María Antonieta de haber encargado un impresionante collar de diamantes, pero de haberse negado a pagarlo. En realidad, fue una trampa porque la reina jamás encargó dicha pieza.
El ‘asunto del collar’ fue un escándalo que sacudió la corte francesa en los años previos a la Revolución Francesa y que involucró a María Antonieta, aunque ella no tuvo participación directa en el fraude. La pieza en cuestión era una joya extremadamente lujosa, que había sido encargada originalmente por el rey Luis XV para su amante, Madame du Barry. Sin embargo, la muerte del rey antes de que el collar estuviera terminado y el exilio de su amante dejaron a los joyeros -Charles Auguste Boehmer y Paul Bassenge- con un tesoro muy difícil de vender.
El collar de los marqueses de Anglesey. (Foto: Sotheby’s).
En torno a 1784, Jeanne de Valois-Saint-Rémy (condesa de La Motte) concibió un plan para quedarse con el collar. Convenció al cardenal de Rohan de que la reina María Antonieta lo quería comprar en secreto. Jeanne falsificó cartas y organizó un encuentro nocturno con una prostituta que se hizo pasar por la reina. El cardenal cayó en la trampa y negoció la compra del collar, que fue entregado a Jeanne para que se lo diera a la supuesta María Antonieta. Se acordó que la esposa de Luis XVI lo pagaría a plazos pero esto nunca ocurrió.
Los joyeros no recibieron ningún pago y decidieron acudir a la reina. Ella, lógicamente, negó que tuviera nada que ver con la compra. En 1785 el cardenal de Rohan fue arrestado y llevado a juicio, aunque fue absuelto. La reputación de la monarquía quedó muy dañada, hasta el punto de que este asunto fue uno de los cientos que favorecieron el clima de descontento previo a la Revolución Francesa.
La reina María Antonieta en un cuadro. (Foto: Gtres).
El collar original que se quedó la condesa de La Motte fue dividido en partes y vendido en diferentes joyerías europeas. La pieza que llegó a manos de los marqueses de Anglesey fue una de las que se confeccionó con parte de los diamantes. Una extraordinaria alhaja que, tras medio siglo guardada en su estuche, vuelve a ver la luz y a brillar más que nunca. Se espera que alcance una cifra superior a los dos millones de euros en la subasta, prevista para noviembre de 2024.