El rey Juan Carlos al descubierto: su adolescencia, la comida que detestaba o su relación con Franco
El emérito ofreció una emotiva charla a la prensa francesa en 2014, poco antes de anunciar su abdicación en favor de su hijo Felipe VI. Descubre todas las anécdotas del Rey
Las declaraciones del rey Juan Carlos I que van a leer a continuación tienen un alto valor ya que están recogidas de una entrevista vetada en España que el monarca concedió en 2014, poco antes de su abdicación, en el palacio de la Zarzuela a la escritora francesa Laurence Debray y al cineasta Miguel Courtois Paternin. La pieza audiovisual se emitió en 2016 en Francia pero jamás llegó a nuestro país por discrepancias con TVE, cadena encargada de lanzarla en emisión. Durante la charla, el emérito se desnuda de manera metafórica para hablar de su vida, su pasado, la relación con sus padres o cómo accedió al trono español.
La anécdota de la piña y su trato con Francisco Franco
La entrevista hecha por la televisión francesa también dio pie a entrar de lleno en las costumbres y gustos de Juan Carlos I. ¿Cuál era de joven su plato favorito? El emérito responde: «Comíamos de todo, a pesar de las restricciones debidas a la Guerra y a nuestros escasos medios. Recuerdo que no me gustaba la piña y que tenía que comerla todo el tiempo. En Portugal era muy barata y nos la ponían para comer y cenar todos los días. Cuando llegué a España descubrí las naranjas. Una maravilla. Hoy en día me sigue sin gustar la piña».
«Franco era una persona hermética»
La muerte de Franco en 1975 motivó que fuese proclamado rey, pero antes había conocido bien de cerca al general. ¿Cómo era en las distancias cortas? Juan Carlos I habla así del dictador: «Era una persona hermética que no hablaba mucho. Me escrutaba todo el rato. Intentaba descifrarme. La primera vez que lo vi tenía 10 años. Estaba bastante impresionado con la idea de conocer a un jefe de Estado. Pero sobre todo yo era un niño».
Franco y el rey Juan Carlos I / Gtres
Además, cuenta una curiosa anécdota con Franco: «Lo que más me llamaba la atención eran las cosas raras que me encontraba sobre la mesa de su despacho. Recuerdo que había un ratón correteando entre los pies del General. Yo no podía parar de mirarlo. Agobiado, Franco me preguntó qué hacía. Yo le contesté: ‘¡Hay un ratón entre sus pies!’. Él se quedó muy sorprendido», confiesa.
La boda con Sofía y la figura de Felipe VI
Pese a todas aquellas aventuras sentimentales que se le hayan podido atribuir al rey Juan Carlos, doña Sofía de Grecia es la mujer que ha marcado su vida. Durante la entrevista, desvela una curiosidad del día antes de su boda: «Estaba practicando judo con mi cuñado Constantino. Él es un excelente profesor. Estábamos de risas, tirándonos al suelo el uno al otro, y se me salió el hombro. Tuve que ir al hospital. El día de la boda todavía me dolía muchísimo. Me pusieron infiltraciones. Aun así pude bailar. Me quedaba el otro brazo».
Don Juan Carlos I y doña Sofía / Gtres
Además, el Rey está seguro que ha dejado el futuro de España en buenas manos con su hijo Felipe: «Se ha formado como yo en el seno de tres academias militares. Pero ha estudiado más que yo. Estudió una carrera brillante en España y luego la continuó en Estados Unidos».
Especialmente emotivo es el recuerdo a su padre, Don Juan: “Era una persona fantástica, de gran calidad humana. Fue mi mejor consejero y mi mejor amigo. Me inculcó el amor por España y por la libertad. España ha sido mi leitmotiv toda mi vida. Estoy sentado en este despacho gracias a él. Él sacrificó su posición de jefe de familia. Tras la ceremonia de renuncia a los derechos dinásticos, me dijo: “Ahora es tu turno. Adelante” Como se dice en francés: ‘Chapeau’.
Juan Carlos I y su padre, Don Juan / Gtres
El rey Juan Carlos continúa: «Fue un momento muy emotivo para los dos. A pesar de todo lo que se haya podido decir o escribir, he tenido una relación muy estrecha con mi padre. Evidentemente, ha habido diferencias puntuales entre nosotros, pero que nunca han perjudicado el afecto que nos teníamos. Nos entendíamos con solo mirarnos. Siempre he tenido un gran respeto y una gran admiración hacia mi padre».
La muerte de su progenitor le tocó muy de lleno, pero si hubo un momento de crudo dolor ese fue cuando perdió a su hermano Alfonso: «Éramos muy cómplices. Lo quería mucho. Era muy simpático y despierto. Jugaba muy bien al golf. Lo sigo echando mucho de menos. No poder tenerlo a mi lado, no poder hablar con él, pero la vida debe continuar…», explica.
Entregado a su madre y a su abuela
Otra persona que ha marcado su vida fue su madre, doña María de las Mercedes: «Mi relación con ella era excelente. Me acuerdo de que cocinaba muy bien. Le encantaba. Cuando estábamos todos de vacaciones en el barco, era ella quien se encargaba de cocinar. En casa también lo hacía, a pesar de tener cocinera». Aunque cuando de verdad se derrite es al hablar de su abuela, la reina Victoria Eugenia: «Era una mujer excepcional, con un carácter fuerte. La quise mucho. Desempeñó un papel muy importante en mi vida. Cuando mi familia se fue a Portugal, mientras yo me quedaba en el internado de Friburgo, mi abuela venía todos los jueves de Lausanne para ocuparse de mí. Los domingos, yo la visitaba en su casa. Fue como una madre para mí».
Don Juan Carlos I, su madre y la infanta Elena / Gtres
Puede que el Rey haya sido uno de los monarcas más carismáticos de España, pese a nacer Italia. Esta es la introspectiva que él mismo hace de su infancia: «Nací en Roma, viví en Suiza antes de instalarme en Portugal. No descubrí mi país, España, hasta 1948, cuando tenía 10 años. Hablé francés antes que el español».