La brillante historia que hay detrás del Palacio Tatoi, la residencia de la Reina Sofía en Grecia
El Palacio Tatoi se convertirá en museo y abrirá sus puertas a finales de 2025
En el panteón familiar hay 15 reyes, príncipes y princesas enterrados

El palacio Tatoi ha resurgido, o está resurgiendo. La finca real ha sobrevivido a los expolios, a los saqueos de los ladrones antimonárquicos, al abandono y a los incendios que han asolado Grecia. La propiedad adquirida en 1872 por Jorge I, príncipe de Dinamarca y más tarde rey heleno, creció progresivamente hasta convertirse en la villa real. Tiene mucho terreno, 4200 hectáreas y 40 edificaciones únicas, pero cuenta con algo que no puede medirse monetariamente, el valor sentimental e histórico. Por eso, no es de extrañar que Doña Sofía, la madre del Rey de España, lo recuerde con nostalgia y cada vez que vuelve a su país de origen lo visite. Fue su hogar. Un hogar que rememora por medio de las brisas y los olores que allí había, el de los eucaliptos, los pinos o los castaños.
Su construcción y abandono
A pesar de que se construyó con el único fin de ser una residencia de verano, los padres de la que fuera reina de nuestro país hicieron de ella su vivienda habitual a finales de 1948. Querían que sus hijos crecieran en la naturaleza, así como escapar de la tragedia y todo lo que produjo la Segunda Guerra Mundial.
El hogar de Doña Sofía tiene un estilo neoclásico con toques típicos de los chalets suizos. Su planta es rectangular y se eleva sobre una fachada de piedra antes de acabar en un tejado picudo con un aire romántico. Así fue en sus inicios, luego creció hasta configurarse el nuevo palacio real. Lo hizo Jorge junto a su esposa Olga, nieta del zar Nicolás I, por lo que no es de extrañar que el palacio se inspirara en uno ruso, concretamente en la granja Ferme, ahora convertido en un museo. Esa misma suerte correrá el griego. El Palacio Tatoi espera abrir sus puertas al público a finales de 2025 y sorprender a todos con su esencia, por lo que fue y los sueños que albergó, pero también por lo que será tras su remodelación.
El antiguo Palacio Tatoi en Grecia. (Foto:tatoi.org)
Los trabajos para hacer renacer la propiedad comenzaron hace varios años. Tras su expropiación en 1974, la finca fue abandonada, dejándola a su suerte hasta que en 2003 pasó finalmente a manos del Estado griego. Tuvieron que pasar casi dos décadas para que resurgiera como lo conocieron sus propietarios iniciales. En 2009 el gobierno ya notificó que habían restaurado más de 3 mil objetos. Entre ellos había pinturas, muebles, juguetes, la berlina que se usó para la boda de Juan Carlos I y Sofía en 1962 y elementos que convirtieron esa casa en un hogar. Aunque lo que más llamó la atención fue la ropa y las joyas que fueron apareciendo a medida que avanzaban los trabajos de mejora.
Trabajos de remodelación
En 2020 comenzaron las primeras obras por el conservador griego Kyriakos Mitsotakis; este estuvo apoyado por el rey Carlos III del Reino Unido, cuyo padre, Felipe de Edimburgo se crio allí y lugar donde yace su abuelo paterno, el príncipe Andrés, está enterrado allí. Concretamente, en el mausoleo familiar. En él se encuentran 15 reyes, príncipes y princesas enterradas y se ubica en el extremo sur de la propiedad, en la colina de Palaiokastro. Un bien preciado para los sucesores de la familia griega que siguen visitando las tumbas de sus familiares. Doña Sofía acudió el pasado mes de agosto de 2024 tras el fallecimiento de su tío segundo Miguel, príncipe de Grecia y Dinamarca.
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Además de lo ya mencionado, el terreno cuenta con una explotación agrícola que esperan volver a poner en marcha cuando abra el palacio ya como museo. En él se han invertido 15 millones de libras, aproximadamente. Asimismo, contendrá entres sus paredes los bienes de la familia real helena y también sus secretos y misterios. Misterios como los vestidos y joyas que aparecieron muchos años después durante la remodelación. Entre ellos estaban grandes tesoros familiares, pero también dos vestidos, los que llevó la mujer de Constantino II en su boda y los días previos.
El misterio de los vestidos
Ana María de Grecia y Constantino II se casaron el 18 de septiembre de 1964. Ese día Ana llevó un vestido de novia que dejo mudos a todos, pero lo que ha vuelto a dejar a todos sin palabras ha sido encontrarlo, en perfectas condiciones 60 años después de la ceremonia.


Ana María de Grecia con su vestido de novia. (Foto:X)
La joven princesa danesa, de 18 años recién cumplidos por el requisito que le pusieron sus padres para contraer matrimonio con Constantino, eligió para ese día un traje de Holger Blom, un diseñador de su tierra natal. Con escote barco, manga francesa y una larga cola, de 6 metros, que casi le impidió llegar al altar al tropezar con ella en la entrada de la catedral Metropolitana de Atenas ante la mirada de los 1200 invitados.


Ana María y Constantino de Grecia el día de su boda. (Foto:Instagram)
En ese momento ambos reyes se convirtieron en los más jóvenes del mundo. Su reinado duró solo tres años antes de exiliarse a Roma tras el golpe de Estado en 1967. Fue entonces cuando el vestido se extravió y tuvieron que pasar seis décadas para volver a verlo. A finales de 2023 el vestido fue encontrado en el palacio, mientras comenzaban las obras de remodelación. Fueros los propios trabajadores los que se percataron mientras vaciaban las habitaciones. Ahí estaba el vestido de satén marfil dentro de una caja, un maletín de grandes dimensiones con dos letras grabadas, la A y la M justo debajo de una corona.


El vestido de novia de Ana María de Grecia. (Foto:X)
Ese mismo año mientras la remodelación del Palacio Tatoi encontraron también la corona, el cetro y la espada del rey Otto de Grecia, que creían perdidas, pero no fue así. Las piezas únicas habían sobrevivido a los saqueos y a los desastres naturales. Lo mismo pasó hace solo unos meses. A finales de 2024 se toparon con otra sorpresa. Un nuevo vestido de la reina Ana María que también dejaron en la huida.


El vestido de Ana María de Grecia. (Foto:Instagram)
En otra caja presidida por las iniciales de la monarca estaba el vestido que llevó dos días antes del enlace. Así lo contó el periodista griego Andreas Megos. Apareció medio año después, algo dañado, pero siendo una reliquia de incalculable valor. En una combinación de satén y tul en tono blanco, con cintura entallada y detalles en tela calada en forma de rombos. La misma de la chaqueta transparente larga hasta el suelo como el vestido. Un conjunto que ese 16 de septiembre combinó a la perfección con los complementos: las joyas de la Casa Real.
A falta de pocos meses para la inauguración del museo, aún tiempo para descubrir otros artículos pertenecientes a los reyes helenos. Todos ellos formarán parte de la colección expuesta en los diferentes espacios del Palacio Tatoi, lleno de reliquias, historias y misterios.