NUEVO TESTIMONIO

La Reina Isabel, víctima del cáncer: la posibilidad que desmonta la actual versión de su muerte

Carlos III Reina Isabel
La Reina Isabel en Windsor / Gtres
  • Diana Torres
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Han pasado casi tres meses desde que tuvo lugar el triste fallecimiento de la Reina Isabel, y sin embargo, su recuerdo sigue presente en los corazones de personas de todos los rincones del planeta. Es por ello que son muchas las teorías que giran en torno a su muerte y que poco a poco van saliendo a la luz, como la que ha tenido lugar en esta última ocasión con motivo de la publicación de Elizabeth: An Intimate Portrait, una biografía sobre la vida de la soberana británica.

La Reina Isabel en Sandringham / Gtres

La Reina Isabel en Sandringham / Gtres

Ha sido Gyles Brandreth en virtud de fiel amigo del duque de Edimburgo el encargado de presentar ante el público su relato, dejando entrever que quizá la Familia Real británica no habría sido del todo clara a la hora de desvelar el motivo de la muerte de la monarca. Y es que, pese a que en todos los documentos figura la idea de que la madre del Rey Carlos falleció dada su avanzada edad, lo cierto es que el alemán desvela que Isabel II habría estado luchando en secreto contra el cáncer durante su último año de vida, concretamente de médula ósea. Una batalla que finalmente ganó esta enfermedad, dejando la Reina un vacío irremplazable en la Casa Real y en la historia de la monarquía a nivel mundial.

La Reina Madre con su hija / Gtres

La Reina Madre con su hija / Gtres

Teniendo en cuenta que el principal síntoma de esta afección en concreto es el dolor de huesos, todo apunta a que quizá ese malestar tan intenso en su cuerpo habría sido la razón por la que la monarca habría permanecido, en cierto modo, alejada de todo aquello relacionado con la vida pública, cediendo así poco a poco su testigo al frente de la Corona tanto a su primogénito como a su nieto, el príncipe Guillermo. No obstante, cabe destacar que la fidelidad de la Reina hacia la institución iba más allá de cualquier enfermedad, motivo por el que, tan solo dos días antes de morir, Isabel II se citó con la que fuera ministra del Reino Unido, Liz Truss, para darla le mejor de los recibimientos a la política británica y a todo lo que lleva consigo. No obstante, este tradicional “besamanos” estuvo marcado por un cambio de escenario, ya que, pese a que normalmente se llevaba a cabo en Buckingham, finalmente optaron por hacerlo en el Castillo de Balmoral para así evitar que la Reina tuviera que desplazarse dado su delicado estado de salud.

La Reina Isabel y Liz Truss en Balmoral / Gtres

La Reina Isabel y Liz Truss en Balmoral / Gtres

Cabe destacar que ha sido Daily Mail el medio encargado de sacar a la luz algunos fascículos del testimonio biográfico de Brandreth, en el cual él mismo afirma que “había oído que la Reina tenía una forma de mieloma, cáncer de médula ósea, lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos ‘problemas de movilidad’ que a menudo nos preocupaban”, ya que “el síntoma más común del mieloma es el dolor óseo, especialmente en la pelvis y la parte baja de la espalda, y el mieloma múltiple es una enfermedad que suele afectar a los ancianos”, finaliza, en unas declaraciones que han causado mucho revuelo.

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