El especial regalo que el Papa Francisco hizo al príncipe Jorge de Gales

El príncipe Guillermo será el representante del rey Carlos III en el funeral del Papa Francisco el 26 de abril en Roma, a pesar de que durante la vida del Pontífice el príncipe de Gales nunca tuvo la oportunidad de conocerlo. El heredero al trono seguirá los pasos de su padre, que fue el que representó a la Corona en la despedida de Juan Pablo II un día antes de su boda con Camila. Curiosamente, el actual monarca ha sido el último miembro de la realeza en reunirse con el Santo Padre antes de su muerte, en un viaje oficial que hizo a Italia con su esposa.

Sin embargo, antes de Carlos III, la Reina Isabel II también estuvo en una ocasión con el Papa Francisco, de la misma manera que conoció a Benedicto XVI. En el caso del argentino, la Reina Isabel II se reunió con el Pontífice en Roma, mientras que con Benedicto XVI lo hizo en el Castillo de Windsor.

Fue en el año 2014 cuando Isabel II viajó al Vaticano, pocos meses después del nacimiento del primer hijo de los príncipes de Gales, el príncipe Jorge. El encuentro entre la monarca y el Pontífice fue muy cordial, de hecho, según algunas fuentes, Francisco aprovechó la ocasión para hacerle un regalo muy especial a la Reina Isabel con motivo de la llegada al mundo de su bisnieto. Aunque la madre del Rey Carlos III ya tenía otros bisnietos, el nacimiento de Jorge era muy simbólico, puesto que sobre él caerá llegado el momento la responsabilidad de estar al frente de la Corona.

Tal como confirmaron algunas fuentes, el Papa Francisco aprovechó la visita de Isabel II para regalarle un precioso orbe de lapislázuli con una cruz de plata de San Eduardo el Confesor. El regalo fue elaborado especialmente para la ocasión y tenía una inscripción que decía: «Del Papa Francisco al Príncipe Jorge de Cambridge».

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El objeto fue entregado por el Papa Francisco tanto a la Reina Isabel II para que se lo dieran al príncipe Jorge que, en aquel momento, tenía menos de un año. Además de esto, también se le regaló un manuscrito de 1679 que proclamaba la festividad de Eduardo el Confesor. El Pontífice le dijo a la Reina que era para el príncipe, para cuando fuera un poco más mayor. La madre del rey Carlos III le dio las gracias y dijo que le encantaría.

Además de este regalo para el príncipe Jorge, el Papa Francisco también le entregó algunos obsequios al príncipe Felipe de Edimburgo. Entre ellos, una serie de medallas de oro con el rostro del Pontífice en relieve. Además, Reina Isabel II le llevó al Santo Padre unas fotografías firmadas y una cesta con artículos de las propiedades reales, entre los que había miel, jabones de aromaterapia, whisky de Balmoral y chutney del abuelo. La reunión entre la monarca y el Papa Francisco se consideró todo un éxito.