Carolina de Mónaco eclipsa a todas las Grimaldi en el centenario de Rainiero
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La Familia Grimaldi está viviendo un momento muy especial. Hace unos días, pudimos ver a varios de los miembros del clan en una de las citas más importantes de la agenda del Principado de Mónaco, la celebración del Gran Premio de Fórmula 1. Una jornada a la que no faltó la princesa Charlene, que fue objeto de titulares por su cambio de look y por la incómoda presencia de la ex pareja del soberano, la togolesa Nicole Coste. Más allá de Charlene, otras de las damas de la corte Grimaldi también acapararon la atención, como las cuñadas de Carlota Casiraghi o las dos hijas de Carolina de Mónaco, en este caso, como suele ser habitual, por su despliegue de estilo.
Después de la emoción de las carreras, este miércoles, la familia se ha vuelto a dar cita para homenajear al padre del príncipe Alberto. Este año se cumple el centenario del nacimiento de Rainiero y, como es lógico, el Principado se ha volcado en festejar esta importante efemérides. Por este motivo, los Grimaldi han sacado a las calles algunos de los vehículos clásicos de su colección.
Una entrañable jornada en la que se ha podido ver una imagen de la familia diferente a la que se muestra habitualmente. Charlene y Alberto, encabezando el desfile en un descapotable con sus hijos, mientras que Beatrice Borromeo y Pierre han ido junto a Alexandra de Hannover y su novio. No han faltado tampoco la princesa Carolina, que ha estado acompañada de algunos de sus nietos, mientras que otros han preferido recorrer las calles del Principado a pie.
Han sido varias las actividades que se han desarrollado a lo largo del día y en las que se ha puesto de manifiesto la buena sintonía familiar, al menos, en principio. Se ha hablado mucho a lo largo de los años de los presuntos problemas entre la princesa Charlene y sus cuñadas pero, lo cierto, es que en esta ocasión, las tres mujeres más importantes de la vida del príncipe Alberto han dado una lección de cordialidad por una causa superior.
En esta cita, aunque lo lógico hubiera sido que la esposa del Príncipe fuera la que más miradas atrajera, ha sido inevitable que los focos se dirigieran a la princesa de Hannover. Carolina de Mónaco ha vuelto a deslumbrar con un sofisticado estilismo en color rojo -uno de los tonos principales de la bandera monegasca-, con el que ha demostrado su innata clase y elegancia. Por su parte, Charlene, más discreta, ha preferido recurrir a un traje sastre en color neutro para la primera parte de la jornada y a un clásico vestido negro para el último acto del día.
A pesar de que no es habitual ver a todos los Grimaldo juntos, la ocasión lo merecía. De hecho, hace pocas semanas, también vimos a toda la familia unida precisamente en un acto también en recuerdo del príncipe Rainiero, donde llamó especialmente la atención la buena sintonía entre Carlota Casiraghi y la princesa Charlene.