El fiel Carlos
Licenciado en Filosofía y Letras y Pedagogía, su círculo más cercano lo ha visto siempre como una especie de hermano de las Infantas. La reina Sofía se fijó en él cuando era profesor del colegio al que iban sus hijas, Santa María del Camino. En 1993 fue contratado en Zarzuela como empleado eventual y asesor de sus Altezas Reales las infantas para ocuparse de ellas y, acompañarlas en los actos institucionales. Ayudó en los estudios a la infanta Elena y se hizo imprescindible para la Familia, al menos para que se ocupara de todo lo que ellas necesitaran. Desde entonces, Carlos siempre ha estado ahí, a la hora que fuera, como una sombra y siempre a su lado, acompañándolas en viajes, en actos oficiales y en cada uno de los momentos cruciales de sus vidas.
Se hicieron amigos y si bien su relación con Elena fue más intensa al principio durante sus años de estudiante, durante su noviazgo y matrimonio con Jaime de Marichalar, la boda de Cristina en Barcelona le unió más a la hija menor de los Reyes y supuso el comienzo de una buena amistad con Iñaki Urdangarin. Fiel secretario fulltime, García Revenga se dedicaba en cuerpo y alma a “las señoras”, se ocupaba de los caballos de Elena, de ocultar a sus novios cuando fue necesario, de Cristina y sus regatas, de irse a esquiar, de controlar su agenda y de que nunca estuvieran solas en ninguna situación, incluso organizó las bodas de ambas.
Pero todo se fue complicando,pasó de ser el hombre que las protegía y en el que habían depositado toda la confianza – tanta como para aparecer como asesor de la casa de S.M. El Rey en los polémicos folletos publicitarios de Nóos – a figurar entre los imputados del caso. Su caída libre había comenzado. En febrero de 2014 bajó la rampa de los Juzgados de Palma solo. Nadie de la Casa estaba ni se les esperaba. El juez Castro le interrogó y tras escucharle decidió desimputarlo en junio de ese mismo año manifestando aún así, que Revenga “estaba al tanto de todo”. Tras declarar en el juicio en calidad de testigo el 20 de abril del pasado año, ha desaparecido por completo de escena y casi de la vida de las infantas.
Sin embargo, ellas siguen contando con él como si nada hubiera ocurrido. Saben que es perro fiel. La infanta Cristina, por ejemplo, acudió a él para intentar desmentir aquellas palabras que trascendieron en las que decía que no quería volver a pisar este país. Revenga actuó con la misma dedicación que si siguiera a sueldo. Movió varias teclas y “la señora” se encontró a disposición varios medios para desmentir tal afirmación que asegura que nunca dijo y que en tal mal lugar, la dejaba. Revenga había sido despedido 2 años antes pero de nuevo estuvo ahí. La infanta Elena también los sigue llamando para que le ayude en gestiones personales. El afecto que siente por ellas es el mismo pero está claro que sus circunstancias, no. Su relación con ambas traspasó el ámbito laboral desde el principio hasta el punto que Elena, por ejemplo, no daba un paso sin Carlos. Afecto que se extendió a su familia. Buenas amigas de su ex mujer, Ana Wang, las infantas son madrinas de las 2 hijas del matrimonio. Ellas, a su vez, ejercieron de Damas de Honor en las bodas de las infantas. Ahora, 20 años después, despedido de Zarzuela y con 60 cumplidos, ya nada es lo mismo.