Las exigencias de Pippa Middleton para el día de su boda
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Pippa Middleton "blinda" el acceso a su boda
No es una boda de reyes pero por las exigencias y normas que han impuesto los novios van más allá del protocolo. Como cualquier novia, Pippa Middleton quiere que su enlace con el multimillonario James Matthews sea tan exclusivo como único y se ha propuesto conseguirlo. Si hace ya seis años fue inesperadamante centro de todas las miradas durante la boda de su hermana con el príncipe Guillermo, el día de la suya no podía ser menos. LOOK ha averiguado cómo ha blindado este enlace que promete dar mucho de qué hablar desde su inicio a las 12 del mediodía (hora española) de este sábado.
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El Palacio de Kensington, ha explicado a LOOK que se trata de un «acto privado de la familia Middleton, que no pertenece a la agenda de los Duques de Cambridge, aunque sí confirmar su asistencia y la de sus hijos». Pese a que no se trata de un acto oficial, la atención que ha generado ha provocado que ya desde principios de esta semana se comenzó a restringir el acceso a las inmediaciones de la iglesia en la que está previsto se celebre la ceremonia religiosa.»Desde las siete de la mañana y hasta las seis de la tarde no se podrá acceder y habrá vallas que impidan el paso». Algo insólito para una boda privada, de dos ciudanos británicos, si bien acudirán el hijo mayor de Carlos de Inglaterra con Kate Middleton y la novia del príncipe Harry, Meghan Markle, cuyo compromiso con él es inminente.
El Presidente del Consejo Parroquial de Buckelberry, Wynne Frankum, asegura a LOOK que «hay mucho interés en la boda» ya que además «refleja muy bien la relación de los Middleton con el pueblo, muy pendiente de todo lo que pase».
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A puerta cerrada -algo poco o nada habitual en una ceremonia anglicana en la que las puertas deben permanecer abiertas- y bajo una estrecha vigilancia, Pippa ha organizado una boda muy controlada. Pero aún hay más: la novia ha pedido a todos los invitados que lleven un segundo modelo para el banquete y que se cambien tras finalizar la ceremonia religiosa. La cita está prevista para las once de la mañana (hora local) en la iglesia de San Marcos, un pequeño templo con capacidad para 150 personas, según ha podido saber LOOK.
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Estas no son las únicas particularidades de una boda de lo más atípica. LOOK ha confirmado que Catalina y Guillermo acuden en calidad de invitados, pero «forman parte de la realeza y lo lógico es que entren los últimos a la iglesia y todos los demás se levanten a su entrada. Es algo optativo, no obligatorio, pero sí lo más lógico”, según explica a este digital la experta en Casa Real Ingrid Seward. Por su parte, Charlie Gowans-Eglinton, editora de moda del diario ‘The Telegraph’, va más allá y asegura que Pippa » está donde está no por decisión propia, sino a consecuencia de las decisiones de su hermana».
Otra de las exigencias más llamativas de este enlace tiene que ver con la lista de invitados. Pippa ha sido muy clara con la tradicional cláusula de “no ring, no bring”. La novia no ha permitido que ninguna mujer que no esté prometida o mantenga un largo noviazgo asista a su enlace -a excepción de excepción con Meghan Markle-.
Aunque en principio se ha descartado que la pareja haya llegado a ningún tipo de acuerdo para vender la exclusiva de su boda, LOOK ha podido confirmar que la fotógrafa responsable del acontecimiento será Millie Pilkington, una profesional de trayectoria intachable que, de hecho, fue la responsable de la cobertura fotográfica privada del enlace de los Duques de Cambridge.