El drama de la reina Isabel a un mes de la boda de Harry
Isabel II está desolada y motivos no le faltan. A pesar de que la Reina debería estar pletórica porque solo falta un mes para que se case el que muchos aseguran que es su nieto preferido, el príncipe Harry, la monarca acabe de perder a alguien muy especial. Tal como ha confirmado el Palacio de Buckingham, el pasado sábado,la reina Isabel se enfrentó a uno de los momentos más tristes de su vida, al tener que sacrificar a una de sus mascotas.
La Reina con Willow / Gtres
Se trata de Willow, uno de sus corgis, los perros favoritos de Isabel II. Fuentes cercanas a la monarca aseguran que está absolutamente consternada. La Reina siempre ha llorado la muerte de sus perros, pero la de Willow la ha dejado totalmente devastada, más que con cualquiera de los demás. Probablemente sea porque Willow era el último vínculo que la unía a sus padres y un recuerdo de su juventud. «Es como si su muerte significase el fin de una era», asegura una fuente cercana a la monarca.
La Reina con sus corgis / Gtres
El perro, que ha vivido más de 15 años, padecía un cáncer y la madre del príncipe Carlos no quería prolongar más su sufrimiento, por lo que tuvo que tuvo que tomar la difícil decisión de poner fin a su vida, por muy dura que resultase.
Tumbas de corgis reales en Windsor / Gtres
Willow será enterrado en los jardines del Castillo de Windsor bajo una lápida con su nombre y un texto que diga: «Fue una leal compañía de la Reina». El perro fue uno de los que apareció en el último retrato oficial de Su Majestad, con motivo de su 90 cumpleaños, que precisamente fue realizado en una de las escaleras del Castillo. Aunque su muerte ha supuesto un duro golpe y una gran pérdida para la monarca, Isabel II aún cuenta con la compañía y el cariño de otros tres corgis, Vulcan, Candy y Whisper, a quien adoptó en 2017 tras la muerte de su dueño, un antiguo guardabosques de Sandringham.