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La relación entre el príncipe Alberto y su esposa, Charlene de Mónaco ha estado en el punto de mira prácticamente desde el comienzo, pero de manera especial a partir de su enlace. De hecho, la pareja no se ha podido ‘librar’ de los rumores de crisis que la han perseguido a lo largo de los años y que, a día de hoy, siguen en el aire. Sin embargo, a pesar de las especulaciones, la ex nadadora y el soberano siguen juntos y celebran 12 años de matrimonio.
Charlene de Mónaco en el Festival de Televisión de Montecarlo / Gtres
El suyo ha sido, sin duda, uno de los matrimonios royal que más en tela de juicio ha estado, no solo desde antes de la boda, sino, sobre todo, en los últimos años. Al principio se especulaba con la posibilidad de que se tratara de una relación de conveniencia y que Charlene en realidad no quería casarse con el soberano, es más, algunas fuentes aseguraron que la ex nadadora intentó huir antes del enlace y que sus lágrimas durante la boda no eran de alegría, sino de tristeza. No obstante, a lo largo de los años, la pareja ha sabido mantener una imagen de unidad, sobre todo, desde el nacimiento de sus dos hijos, cuya llegada al mundo ha supuesto que ya no hay dudas sobre la sucesión, lo que ofrece estabilidad al Principado. Una estabilidad muy necesaria que, hasta que se consolidó con el nacimiento de los Príncipes, fue uno de los puntos débiles del matrimonio, pero una ventaja para la otra gran protagonista de la vida social de Mónaco, la princesa Carolina.
Los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco juntos en un acto oficial. / Gtres
Sin embargo, cuando Charlene tuvo que permanecer en Sudáfrica durante varios meses por las complicaciones de una infección, la relación de la pareja volvió a estar cuestionada, en especial, por la poca información que desde los canales oficiales se ofreció sobre el estado de la Princesa. No obstante, ante las continuas especulaciones y rumores de crisis, y, sobre todo, las críticas al hermetismo del Principado, tanto Alberto como Charlene se pronunciaron en repetidas ocasiones, para hacer frente a cualquier comentario que apuntara a un distanciamiento entre ambos.
La realidad es que, aunque la Princesa ya está de vuelta en Mónaco y su agenda ha recuperado la normalidad prácticamente al completo, de vez en cuando la situación de la pareja acapara titulares. Ya sea por los viajes en solitario de Charlene, los actos a los que Alberto acude solo o con sus hermanas o la falta de información general que siempre ha caracterizado al Principado, lo cierto es que, en este 12 aniversario de la pareja, por ahora, no se ha confirmado si habrá algún tipo de celebración oficial.
Alberto y Charlene de Mónaco juntos en Londres. / Gtres
Un aniversario que ‘pilla’ en medio de la vorágine por el centenario del príncipe Rainiero, que ha servido para mostrar una imagen insólita de la Familia Grimaldi. Y es que, a pesar de que nunca se ha hablado de crisis familiares como tal, la distancia entre Charlene y sus cuñadas es un hecho, que queda patente en los escasos encuentros entre ellas. Este aniversario del padre del soberano ha sido una de las pocas veces que las tres mujeres más importantes de la vida del príncipe Alberto -con permiso de su hija-, se han dejado ver juntas, aunque manteniendo cierta distancia.
Aunque de puertas para fuera parece que tanto la situación de la Princesa, como la del matrimonio han vuelto a la ‘normalidad’ tras la crisis de salud de Charlene, todavía son muchos los enigmas que rodean a la pareja y que, a día de hoy, con más de una década de matrimonio a las espaldas, siguen sin respuesta. Enigmas que solo conocen las personas del entorno de ambos y que ponen el foco en la ex nadadora: una princesa de mirada triste y sonrisa ‘forzada’ cuyos cambios de estilo y continuas escapadas hacen pensar en que no se encuentra cómoda en su posición.