Desde hace 20 años

Guillermo de Holanda, piloto de vuelos comerciales en sus ratos libres

Guillermo de Holanda en una imagen de archivo /Gtres
Guillermo de Holanda en una imagen de archivo /Gtres

Pasajeros que hayan volado con la compañía holandesa KLM en los últimos 20 años hacia un destino europeo, atentos. Su piloto puede haber sido el rey de Holanda. Y no, no es una inocentada. Así lo ha declarado el propio Guillermo, al confesar a un medio holandés que pilota de incógnito al menos dos veces al mes en vuelos comerciales. Sin embargo, este hecho podría haber pasado desapercibido para cualquiera de los viajeros, dado que el monarca nunca ha desvelado su nombre al dar la bienvenida a los pasajeros. Eso sí, los más monárquicos han llegado a reconocerle por su voz en más de una ocasión. La última vez que tuvieron oportunidad, el pasado martes, con un Cityhopper especializado en cubrir hasta 54 rutas europeas.

Para sorpresa de muchos, el soberano ha revelado su afición, admitiendo que se pone a los mandos porque logra aplacar sus nervios: «Es una afición en la que debo concentrarme por completo. Tus problemas no caben en la cabina. Toda tu atención está en el vuelo, y eso para mí es lo más relajante». Un hobby que le aleja del suelo más de 12.000 metros.

El esposo de Máxima de Holanda aprovecha los vacíos entre recepción y recepción para desconectar de una agenda oficial agitada. Eso sí, el temor a que el monarca se desconcentre no debe reinar en ningún hogar. El rey Guillermo ha asegurado que son sometidos a exámenes para comprobar si tienen estrés, aunque suelen conversar sobre temas ajenos a los vuelos sin que estos les dispersen.“Durante el viaje, se puede saber si alguien está alerta a los mandos, sin distraerse, hablando de la familia, la pareja o la casa. Asuntos personales, que reflejan bien el estado de ánimo», ha desvelado.

Guillermo de Holanda en el interior del avión /Gtres

Guillermo de Holanda en el interior del avión /Gtres

Este miembro de la realeza holandesa pasa inadvertido en mayor medida desde el atentado del 11 de septiembre en Nueva York. Y es que, pese a que siempre hable en nombre del capitán y algún pasajero haya apreciado quién era verdaderamente el piloto, las posibilidades de que eso suceda son mucho menores desde el ataque a las Torres Gemelas: «Antes, la cabina permanecía abierta a menudo, la gente echaba un vistazo, y ahí, cuando me veían, era una sorpresa agradable”.

Guillermo de Holanda posee un certificado oficial que ha consiguido tras 150 horas de vuelo por año. Y no le basta con ello. El deseo del monarca ahora no es otro que dar el salto a los vuelos internacionales de larga distancia, hecho que lograría ampliar sus horizontes más allá de ciudades europeas.

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