El rechazo a Pedro Sánchez en La Haya: del saludo de los reyes a la distancia con Trump

Intentando mantenerse al margen de los escándalos que salpican al PSOE y en medio de una nueva polémica por su reticencia a aumentar el gasto militar según las indicaciones de la OTAN, Pedro Sánchez ha llegado a La Haya para una nueva cumbre a la que han asistido los líderes de la alianza. Como si tuviera una venda en los ojos o como cuando las avestruces esconden la cabeza en la tierra, el presidente ha acudido a este encuentro internacional, sonriendo e intentando mantener el tipo, a pesar de que es imposible negar la evidencia y evitar que no te alcance.

Una cumbre en la que todas las miradas están puestas en Donald Trump y en la negativa de nuestro país a seguir las indicaciones de los socios porque el Gobierno no quiere, en ningún caso, recortar el gasto social para invertir más en una cuestión tan fundamental como es la defensa. Sobre todo, en un contexto como el actual, marcado por varios conflictos bélicos con riesgo de escalada.

Pedro Sánchez ha llegado en solitario a la cumbre, mientras en España se celebraba una nueva sesión de control en el Congreso, en la que ha sido la vicepresidenta Montero la que ha tenido que hacer frente a las preguntas de los distintos partidos en medio de la delicada situación del PSOE y tras la petición del juez Peinado a Tribunal Supremo en torno a la posible imputación de Félix Bolaños.

Sánchez ha sido uno más entre los líderes que se han trasladado hasta La Haya, entre los que se encontraban Mark Rutte, Ursula von der Leyen, Zelenski o Donald Trump quien, horas antes de viajar a La Haya hacía unas duras declaraciones contra España y aseguraba que nuestro país se ha convertido en un problema. Sin duda, la negativa de Sánchez a invertir más en defensa y su enfrentamiento con los socios por este tema va a ser una de las cuestiones que va a marcar la conferencia.

Una conferencia en la que el presidente español apenas ha llamado la atención, quizás por la incómoda situación que se ha generado por sus últimas decisiones. Algo que, sin embargo, no parece haberle afectado demasiado. De hecho, a pesar de que públicamente se ha mostrado reticente al aumento del gasto en defensa, esto no significa que durante la cumbre cambie de opinión. Al fin y al cabo, es algo que ya ha hecho en otras ocasiones.

A pesar de que varios medios internacionales han recogido en los últimos días la complicada situación de España e incluso han recalcado que es momento de que el presidente dimita y deje paso a una nueva etapa, lo cierto es que en La Haya poco se ha hablado de Sánchez. Según una fuente directa a la que ha tenido acceso este portal y que ha estado en la cena ofrecida por la familia real, los periodistas que allí se encontraban no han hecho comentario alguno sobre el presidente español: «Nadie habla de él, lo que interesa es Trump», ha dicho este testigo de la velada.

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La misma fuente recalca que el interés sobre el presidente español ha sido nulo, al menos en este arranque. Solamente ha tenido su minuto de gloria cuando ha saludado a los reyes Guillermo y Máxima y a la princesa de Orange, que han sido los anfitriones en esta velada en su residencia, el Palacio de Huis Ten Bosch. Es más, durante toda la tarde ha estado lejos del presidente Trump, con quien es de sobra conocido que no tiene una buena relación. Casualidades del destino, el protocolo ha querido que no se sienten cerca y que estén en posiciones opuestas en la fotografía familiar.