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Sara Carbonero: una emotiva reflexión y un regalo inesperado en pleno confinamiento

Sara Carbonero ha vuelto a reflexionar acerca de estos días y de cómo fue la última vez que salió a la calle

Sara Carbonero / GTRES
Sara ha recibido muchísimo apoyo durante su lucha contra el cáncer y eso le ha ayudado a demostrar una entereza y optimismo elogiables
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Estos días de aislamiento social dan para muchas cosas, no solo para la limpieza de la casa o para ordenar armarios, sino también para pensar y reflexionar acerca de la vida tan ajetreada que llevamos a diario, y que de forma inesperada ocurren ciertas cosas como el coronavirus que nos frena de golpe. Son pensamientos en voz alta lo que más estamos leyendo en redes sociales. La última ha sido Sara Carbonero, que ha vuelto a publicar en su Instagram otra reflexión, esta vez haciendo referencia a una lección de vida que ha aprendido durante estos días de confinamiento.

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Esta fue la última carioca de limón que me tomé fuera de casa antes del confinamiento. Hoy he encontrado la foto que no tendría nada de interesante si no fuera por este motivo y porque al verla no he podido evitar pensar que si hubiera sabido lo que nos esperaba seguramente la habría saboreado de otra manera. Estaba con dos buenas amigas, contándonos cómo había ido el día, desahogándonos cada una con sus problemas cotidianos, riéndonos (mucho) por cosas absurdas y planificando una cena para el día siguiente a base de recetas saludables. No era una mañana especial o eso creía yo. Nos despedimos como todos los días, cada una subió a su coche y puso la misma canción, de la que habíamos hablado un rato antes porque no había manera de sacárnosla de la cabeza (“pero si le suena la canción, le da una depresión tonta…”). Nos mandamos un audio, nos volvimos a reír. Cada una se fue al cole a por los niños y hasta el día siguiente, pensamos. Esta tarde una de estas amigas me ha escrito un mensaje para decirme que tenía un regalo para mi, que me lo dejaba en el portal. Con guantes y mascarilla he bajado a buscarlo, ella ya estaba en el coche. Apenas nos hemos despedido con la mano y una sonrisa de “ya queda menos”. He cerrado la puerta y ahí en la escalera, un ramo de camelias recién cortado de su jardín para acercarme un poquito la primavera y de paso recordarme que hace unos días que llegó. Porque no sé si os pasa también a vosotros pero yo últimamente no sé en qué día vivo. Al ponerlas en agua he seguido pensando en ese último sorbo de mi carioca de limón, en que debía haberlo saboreado de otra manera además de porque en casa no me sale ni parecida la infusión porque quizá fue la última que compartí con esta amiga que está a punto de ser mamá, antes de que nazca su bebé dentro de unos días. Mientras colocaba el jarrón he sentido una profunda sensación de añoranza, de algo que yo consideraba cotidiano, “normal” y corriente: Tres amigas, un café, nuestro rincón, un sillón amarillo bastante incómodo, música de fondo y una terapia de risas que cambiaba por completo mis días . Y entonces he caído en que lo que yo pensaba que era rutina, en realidad era vivir.

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En plena pandemia mundial, la periodista se ha vuelto una adicta de las redes sociales y, cada día, procura compartir algún que otro pensamiento que le ronda por la cabeza. Rebuscando entre sus fotografías, la mujer de Iker Casillas ha encontrado una de la última vez que pudo pisar la calle antes del confinamiento. Una imagen de ella tomando una “carioca de limón”, sentada en el sofá de un pub, de la que ha querido hacer partícipe a todo el que la viese en Instagram. “Hoy he encontrado la foto que no tendría nada de interesante si no fuera por este motivo y porque al verla no he podido evitar pensar que si hubiera sabido lo que nos esperaba seguramente la habría saboreado de otra manera”, ha comenzado expresando la periodista.

Una de las historias que ha subido Sara Carbonero contando su último día de 'libertad' / Imagen de Instagram @saracarbonero

Una de las historias que ha subido Sara Carbonero contando su último día de ‘libertad’ / Imagen de Instagram @saracarbonero

Con un texto de lo más emotivo, Sara Carbonero ha querido contar a todos sus seguidores cómo fue ese último día de ‘libertad’ entre infusiones, risas y amigas, para hacer contraste de cómo estaba viviendo el aislamiento. Concretamente ha sido una de esas amistades con las que pasó la tarde de la “carioca” la que le ha dejado un regalo en la puerta de su casa: “Esta tarde una de estas amigas me ha escrito un mensaje para decirme que tenía un regalo para mi, que me lo dejaba en el portal. Con guantes y mascarilla he bajado a buscarlo, ella ya estaba en el coche. Apenas nos hemos despedido con la mano y una sonrisa de “ya queda menos”. He cerrado la puerta y ahí en la escalera, un ramo de camelias recién cortado de su jardín para acercarme un poquito la primavera y de paso recordarme que hace unos días que llegó”, ha contado la presentadora.

La periodista subió a las historias de la red social la flor que le había regalado, de forma inesperada, una de sus amigas / Imagen de Instagram @saracarbonero

La periodista subió a las historias de la red social la flor que le había regalado, de forma inesperada, una de sus amigas / Imagen de Instagram @saracarbonero

Un regalo que ha hecho recordar a Sara los buenos momentos vividos antes del confinamiento y para mantener la esperanza de que esos días volverán: “Mientras colocaba el jarrón he sentido una profunda sensación de añoranza, de algo que yo consideraba cotidiano, “normal” y corriente: Tres amigas, un café, nuestro rincón, un sillón amarillo bastante incómodo, música de fondo y una terapia de risas que cambiaba por completo mis días”, ha confesado.

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CUANDO TODO ESTO PASE. Cuando todo esto pase las videollamadas volverán a quedar en el olvido y las cambiaremos por abrazos reales. Cuando todo esto pase volveremos a la peluquería y volveremos a tener un flequillo decente. Cuando todo esto pase volveremos a ponernos tacones y el bolso. Cuando todo esto pase dejaremos de salir a aplaudir a las ocho de la tarde, pero jamás olvidaremos lo que el personal sanitario está haciendo por nosotros. Cuando todo esto pase volveremos a vernos las sonrisas sin mascarillas. Cuando todo esto pase volveremos a ver a nuestros vecinos vestidos por la calle y no en pijama en los balcones. Cuando todo esto pase volveremos a decir que vamos a ir al gimnasio, y luego no iremos. Cuando todo esto pase volveremos a los centros comerciales y miraremos la ropa de fiesta con los mismos ojitos con los que ahora miramos el pijama y el chándal. Cuando todo esto pase volveremos a las tiendas de barrio, recordaremos lo mal que lo pasaron los días que no pudieron estar abiertas y tendrán nuestro apoyo. Cuando todo esto pase volveremos a las librerías y apreciaremos de nuevo el olor a libro. Cuando todo esto pase nos compraremos zapatos nuevos con ilusión por estrenarlos el fin de semana. Cuando todo esto pase volveremos a llorar en los hombros de los demás y no a solas por la incertidumbre de cuándo acabará esto. Cuando todo esto pase volveremos a brindar, volveremos a los bares y volveremos a dar putivueltas. Cuando todo esto pase saldremos a bebernos la vida. Cuando todo esto pase volveremos a hacernos veintisiete fotos con nuestra mejor amiga hasta que salgamos bien las dos. Cuando todo esto pase nuestros chats de grupo tendrán menos memes de coronavirus y más fotos de los nuevos hombres de nuestra vida que acabaremos de conocer. Cuando todo esto pase ya nunca seremos iguales, seremos una versión mejor de lo que somos ahora. Cuando todo esto pase nos daremos cuenta de que no era rutina, era vivir.

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La periodista está viviendo el confinamiento en Oporto con su marido, Iker Casillas, y sus dos hijos, Martín y Lucas. Las tres personas que le dan ahora mismo y siempre la fuerza necesaria para salir adelante en los días difíciles, como está siendo desde que se decretase el estado de alarma. Para finalizar la reflexión, Sara Carbonero ha querido hacer alusión a una frase de la última publicación de la Vecina Rubia – “cuando todo esto pase nos daremos cuenta de que no era rutina, era vivir”-, para terminar de forma similar: “Y entonces he caído en que lo que yo pensaba que era rutina, en realidad era vivir”.

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