Michelle Obama se pronuncia (diez años después) sobre su polémico gesto con la Reina Isabel II
Ha pasado una década desde aquel polémico primer encuentro entre Michelle Obama e Isabel II. ¿Qué paso realmente? Estas son las explicaciones que da la ex primera dama sobre su controvertido episodio
Si por algo se caracteriza la familia Windsor es por su férreo código de conducta y estricto protocolo en cada una de sus apariciones, representada fielmente en la figura de Isabel II de Inglaterra. Por ejemplo, algo que lleva realmente mal la longeva monarca es que se la toque y hay quien lo ha pasado por alto, ya sea por despiste o por tener diferentes costumbres. Y no alguien cualquiera sino Michelle Obama.
La que fuera primera dama de los Estados Unidos cometió un grave error de protocolo durante su primera visita oficial a territorio británico hace ya diez años. Abrazó a la Reina por la espalda como si de alguien conocido se tratase y fue bastante criticada por ello. Michelle nunca ha escondido que bien haría la Familia Real inglesa en suavizar las formas.
Michelle Obama y la Reina Isabel II / Gtres
Una década después, Michelle Obama ha hablado abiertamente de este controvertido episodio entre dos mujeres muy influyentes. Lo ha hecho en Londres, territorio ‘enemigo’ a propósito de la presentación de su libro y de un capítulo del mismo que recuerda su visita a Buckingham Palace en 2009:
«Para mí ese es un gesto instintivo que hago cuando siento conexión con alguien. Es la manera que tengo de mostrar mis sentimientos. Por eso apoyé mi mano en su hombro. Lo que no sabía entonces es que aquello era un fallo épico. Puede que no hiciera lo correcto, pero sí lo más humano. Y, de verdad, deseo que a la reina no le importara mucho aquello. De hecho, estoy segura que no porque cuando lo hice ella no solo no se retiró, sino que apoyo su mano en mi espalda».
Visita de Estado de los Obama a Buckingham Palace / Gtres
Obama ha querido seguir insistiendo en por qué actuó así: «Cuando conocí a la reina Isabel II ella comentó lo alta que yo era, a lo que yo contesté que solo era por los tacones que llevaba puestos. Ella también me habló de los zapatos que llevaba ella, que no eran muy cómodos, y aquel momento tuvimos una conexión que nos hizo olvidar quiénes éramos a parte de dos mujeres cansadas oprimidas por su calzado», explicó. | [LEER MÁS: El mundo entero llora el incendio de Notre Dame].