El nuevo plan de Melania Trump para mudarse a Mar-a-Lago

Ni Nueva York ni Nueva Jersey, los Trump ya saben cuál será su próximo destino después de abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero, cuando el Presidente haga el traspaso de poderes a Joe Biden. Será su impresionante casa de Mar-A-Lago como el propio Trump la llama, ‘La casa blanca de invierno’. Según informa la revista ‘People’ haciendo mención a una fuente cercana al Presidente «tiene sentido que quiera estar allí y hará de la mansión su hogar».

De hecho y según este medio estadounidense, Melania Trump ya se ha dejado ver por la zona buscando colegio para su hijo Barron en la zona de Palm Beach, en Florida, donde se encuentra ubicada la propiedad. Es allí donde presentaron la denominada «declaración de domicilio» el año pasado, cambiando su residencia habitual de Manhattan, donde estaban establecidos. Pero mientras el mandatario continúa acusando la fraude los resultados de las elecciones del pasado 3 de noviembre, la Casa Blanca aún no ha confirmado cuáles son los planes de Donald Trump y su familia cuando este deje la presidencia.

Al parecer el personal de la casa ya ha comenzado a preparar el que será el nuevo hogar de la familia. Y eso incluye la renovación de la residencia, empezando por las obras de ampliación que se están realizando en la vivienda principal. «Están renovando la casa para hacerla más grande, más moderna y cómoda para su uso», ha contado una fuente cercana al presidente a ‘People’.

La casa de Mar-A-Lago es una de las propiedades más queridas por el matrimonio ya que fue allí donde celebraron la fiesta posterior a su enlace en 2005, y es una vivienda que ha estado muy presente a lo largo de la legislatura que ha mantenido a Trump como Presidente del país. Ha sido allí donde han pasado largos fines de semana y donde, además, han ofrecido recepciones diplomáticas a distintos mandatarios extranjeros. Trump la adquirió en 1985 por 5 millones de dólares (4,100.000 euros) y se trata de una edificación de finales de los años 20 que consta de 127 habitaciones, piscina con vistas al mar, un club de playa, spa, seis canchas de tenis y cuatro baños chapados en oro. Uno de los metales que no falta en la decoración de las numerosas propiedades inmobiliarias que posee por todo el país.

Se trata de una enorme construcción de paredes color salmón inspirada en la arquitectura mudéjar española y se encuentra sobre un arrecife de coral de Palm Beach rodeada por el océano en una de sus alas y por un bonito lago en otra, de los que coge su nombre. Ocupa más de ocho hectáreas rodeadas de frondosos jardines y con acceso directo a una playa de arena blanca.

Para su construcción se utilizaron materiales llegados de distintos puntos del mundo, entre ellos de piedra extraída de canteras de Génova, para levantar las paredes exteriores, arcos y parte del interior, que llegaron a Estados Unidos en tres embarcaciones. Su primera propietaria, la magnate del cereal, Marjorie Merriweather Post, utilizó 36.000 azulejos españoles, que se habían estado guardando desde principios del siglo XV. Para el suelo del comedor se utilizaron además 204 metros cuadrados de mármol blanco y negro procedentes de un antiguo castillo cubano.

Merriweather Post donó la propiedad al Gobierno Federal antes de fallecer en 1973 y cuando Trump se hizo con la casa, construyó un salón de baile de casi 2.000 metros cuadrados cubierto de 7 millones de hojas de pan de oro. Pero además de la casa principal, este complejo convertido en club privado -a razón de 70.000 euros la inscripción-, también tiene tres casas adiciones y campo de golf, todo valorado en 25 millones de dólares (unos 24 millones de euros).