Cumpleaños

Isabel Preysler adelanta un día su 70 cumpleaños para celebrarlo por todo lo alto

'La reina de corazones' ha desvelado los motivos por los que vino a España, sus secretos para lucir figura y ha hablado del amor en todas sus facetas

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Es la reina de corazones por antonomasia y cumple 70 años. Isabel Preysler cambia de década en un momento muy dulce, y lo celebra haciendo balance de su vida en una exclusiva en la revista ¡Hola! donde habla de sus hijos, sus nietos y del amor. Ha vivido al máximo, ha tenido grandes amores pero por quien bebe los vientos es por sus hijos, y por sus nietos. Sigue siendo uno de los mayores exponentes de la elegancia y una mujer con una figura envidiable, aunque hay cosas que a lo largo de los años han ido cambiando y, entre otras, confiesa que ha tenido que dejar de «comer postre en la comida y en la cena», además del picoteo entre horas, «o cenar por segunda vez antes de irme a dormir». Pero si hay un placer al que no renuncia es «al chocolate negro a lo largo del día».

Isabel Preysler

Ha hecho un repaso a su vida al cumplir 70 años/Gtres

Sus hijos están felices con sus respectivas familias. Chábeli orgullosa de sus niños -Alejandro ya piensa en ir a la Universidad-, Enrique ya es padre de familia numerosa, Ana ya se ha mudado a Doha y Tamara están en su mejor momento. Aunque es Julio el único que ahora no atraviesa un buen momento personal. «Una pena, pero…las parejas se desgastan», reconoce sin entrar en detalles del que parece que será un divorcio complicado.  Pero Isabel tiene el secreto para seguir teniendo buena relación con las exparejas, como es su caso: «No pelearse por la parte económica».

Isabel Preysler, Ana Boyer, Tamara Falcó, Julio José Iglesias Preysler

Feliz con sus hijos y sus nietos, a quienes llama «los siete fantásticos»/Gtres

Tiene cinco hijos y siete nietos, «los siete fantásticos» como ella los llama. Son su felicidad y se deshace al hablar de ellos: «No te imaginas el gran amor que se siente por ellos hasta que los tienes». La pandemia le ha dado una de cal y una de arena. Mientras que aún no ha podido conocer a Mary, la más pequeña de los hijos de Enrique, ha aprovechado al máximo el tiempo que ha pasado con Miguel y Mateo, los hijos de Ana Boyer, durante el confinamiento y la Navidad. «En todas las casas debería haber un niño pequeño», reconoce presumiendo de bebés. «Mateo es una preciosidad de niño y Miguel también es muy bueno, pero ha llegado antes de tiempo a ‘los terribles dos’».

El amor en su vida

El amor es lo que mueve su vida y así ha sido siempre. Isabel también ha hecho locuras por amor, y precisamente la primera de todas, fue la que le trajo a España con solo 17 años. Su novio por aquel entonces tenía 10 años más que ella y era un apasionado de las avionetas. Con él se escapó, a escondida de su padre, a una casa que tenía en la playa con la promesa de regresar a las seis de la tarde a su casa. Pero no pudo ser. Después de disfrutar de un romántico día en el mar, la avioneta no arrancó, comenzando así una auténtica odisea para regresar a casa. Un viaje en lancha, y cinco horas en coche después, una jovencita Isabel Preysler llegaba a su casa de Manila de madrugada, donde la estaban esperando sus padres y sus hermanas. «Y hubo un drama: estuve castigada una semana entera sin salir, sin ver televisión y sin teléfono. Diez días después, me metieron en un avión y me mandaron a España».

Isabel Preysler, Mario Vargas Llosa

No hay planes de boda con el Nobel/Gtres

Aunque dice que, «a los 70 ya no me queda ningún arma de seducción», sigue siendo una mujer muy atractiva. Hace unos días celebró, por sexta vez, el Día de los Enamorados con Mario Vargas Llosa, con quien «no hay ningún compromiso». Y ese es uno de los secretos de la pareja: «Estamos juntos única y exclusivamente porque nos queremos y somos felices». Y citando al nobel: «Como dice Mario: ‘El amor es la experiencia más intensa y la que más enriquece la vida’».

Pero antes de la llegada de Vargas Llosa a su vida, Preysler se enamoró de Julio Iglesias, Carlos Falcó y Miguel Boyer. De todos guarda buen recuerdo, con todos tuvo hijos y es precisamente por ellos por los que siempre ha mantenido una excelente relación. Con el cantante se casó, se convirtió en madre y vivió el éxito y la ausencia de su marido. Del marqués de Griñón recuerda «su enorme sentido del humor». Y considera que enamorarse de Boyer fue una locura de la que no se arrepiente.

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