Esther Cañadas: trayectoria, moda y su lucha contra una dura enfermedad
Esther Cañadas reaparece tras superar una enfermedad autoinmune que la alejó de las pasarelas
La modelo ha regresado al mundo de la moda desfilando para firmas como Balmain o Mugler
Esta noche compartirá en 'El Hormiguero' su historia de superación personal y profesional


Modelo de pasarela, musa de grandes diseñadores y rostro habitual en las campañas más icónicas de los años 90. Esther Cañadas (San Pedro, Albacete, 1977) fue uno de esos nombres que, durante más de una década, definieron lo que significaba ser una top model. Con su mirada felina y su inconfundible melena rubia, conquistó Nueva York, París o Milán, se convirtió en musa de Donna Karan y protagonizó editoriales que hoy forman parte de la historia de la moda. Sin embargo, detrás del brillo y los focos hubo también sombras: una enfermedad autoinmune la obligó a retirarse en pleno auge de su carrera.
Esta noche, Cañadas se sienta en el plató de El Hormiguero para conversar con Pablo Motos sobre esa vida de contrastes: el vértigo de las pasarelas, la lucha contra la vasculitis y la ilusión de un regreso que no responde a la nostalgia, sino a una nueva etapa vital en la que moda y maternidad van de la mano.
Un frenazo inesperado: la vasculitis
A mediados de los 2000, cuando parecía que nada podía detener su carrera, la modelo recibió un diagnóstico que lo cambió todo. La vasculitis, una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de los vasos sanguíneos, comenzó a deteriorar su salud. Con apenas un 10% de energía, dolores constantes y sin respuestas claras por parte de la medicina, Esther se vio obligada a retirarse del mundo de la moda. Pasó años visitando especialistas, probando tratamientos experimentales y buscando alternativas incluso en la espiritualidad.
Esther Cañadas en un desfile. (Foto: Gtres)
«Tuve momentos en los que pensé que no salía de esa. Son enfermedades muy complicadas y en muchos casos crónicas. No es algo fácil de vivir, de manejar y, sobre todo, de curar. A mí todas las analíticas me salían bien, pero me explotaban todos los vasos capilares del cuerpo a la vez», confesó en una entrevista reciente. Finalmente, entendió que debía dar un paso atrás. Se mudó a México, donde encontró la calma necesaria para cuidarse lejos de la presión mediática.
El motor de su vida: Galia
En 2014 llegó el mayor regalo: el nacimiento de su hija, Galia, a quien ha criado en solitario, pues nunca ha revelado la identidad del padre de la pequeña. Para Esther, convertirse en madre fue la prueba definitiva de que la vida siempre ofrece segundas oportunidades. Durante una década se dedicó por completo a criarla en un entorno tranquilo, alejado de los focos, disfrutando de la naturaleza y de una rutina familiar. «Pude estar con ella en cada momento y eso no me lo quita nadie», ha repetido en varias ocasiones. Esa vivencia, que en otros tiempos habría sido incompatible con el calendario frenético de las pasarelas, la transformó.
En cuanto a su vida sentimental, Esther Cañadas ha mantenido un perfil discreto. Estuvo casada en dos ocasiones: la primera en 1999 con el modelo Mark Vanderloo, con quien compartió campañas publicitarias para Donna Karan; la relación terminó apenas un año después. En 2007 se casaba con el piloto de motos Sete Gibernau, tras cuatro años de noviazgo, pero el matrimonio también duró solo un año. En 2013 tuvo un romance con el empresario indio Vikram Chatwall, con quien llegó a comprometerse, aunque nunca se casaron. Más recientemente, hace cuatro años, fue fotografiada en Ibiza con un joven, pero desde entonces Esther ha mantenido su vida sentimental completamente privada, centrándose en su hija y en su bienestar personal, disfrutando de la discreción y la serenidad que siempre ha buscado.
El regreso a las pasarelas
Cuando Galia creció, Esther decidió que era momento de volver. Lo hizo con la misma elegancia que siempre la caracterizó, pero también con un discurso distinto: ahora su motivación era que su hija conociera la otra cara de su madre, la profesional que marcó época en la moda. En 2020 volvió a desfilar para Balmain y más tarde lo hizo para firmas como Dsquared2, Mugler o Balenciaga. Su última aparición en España fue hace apenas unos días, en el espectacular desfile de Carolina Herrera en la Plaza Mayor de Madrid, donde demostró que sigue siendo una de las grandes.


Esther Cañadas en Madrid. (Foto: Gtres)
A sus 48 años, mantiene una figura envidiable no por milagro, sino por constancia. Dedica las mañanas a entrenar, combina ejercicios de fuerza con rutinas cardiovasculares y cuida especialmente su tren inferior, una de sus señas de identidad en la pasarela. «No hay misterio: es trabajo y disciplina», reconoce.
Una nueva etapa
Hoy, Esther Cañadas no solo celebra su regreso a la moda, también prepara su desembarco en la interpretación, una pasión que lleva años cultivando en privado. Tras pequeñas incursiones en el cine a principios de los 2000, ha retomado su formación y pronto podría sorprender con proyectos audiovisuales. Pero más allá de lo profesional, lo que realmente marca su presente es el equilibrio. «Soy más feliz ahora que hace veinte años», confiesa. Haber vencido una enfermedad grave, haber criado a su hija y poder volver a su profesión desde la gratitud la convierten en una mujer distinta. Menos obsesionada con el éxito, más conectada con lo que verdaderamente importa.
Esta noche en El Hormiguero, Esther Cañadas recordará lo que fue, celebrará lo que es y, sobre todo, mostrará que siempre hay tiempo para reinventarse.