El día que Alejandro Sanz dijo que no a Antonio Flores: la decisión que lo persigue desde su muerte
Alejandro Sanz lamenta no haber visitado a Antonio Flores el día antes de su muerte
El cantante asegura que se arrepentirá "toda la vida" de no haber acudido a El Lerele
Antonio Flores falleció el 30 de mayo de 1995, tan solo 14 días después de la muerte de su madre, Lola Flores


Treinta años después de la muerte de Antonio Flores, Alejandro Sanz ha roto su silencio sobre uno de los episodios más dolorosos de su vida. En una entrevista cargada de emoción y nostalgia, el cantante madrileño ha desvelado un recuerdo que lleva décadas pesándole: no haber acudido a la famosa cabaña de El Lerele el día antes del fallecimiento del hijo de Lola Flores. «Yo hablé el día anterior con él. Me dijo que fuera a la cabaña de El Lerele, pero no fui… Me arrepentiré toda mi vida», confiesa con una mezcla de tristeza y resignación.
Sanz, que mantiene desde joven una estrechísima relación con la familia Flores, se muestra todavía visiblemente afectado por no haber estado allí. La pérdida de Antonio, ocurrida solo dos semanas después de la muerte de su madre, Lola Flores, sacudió a todo el país, pero para Alejandro tuvo un impacto especialmente íntimo. Su amistad con el intérprete de No dudaría iba más allá de la música: compartían noches de confidencias, viajes en coche tras fiestas, admiración mutua y una conexión que, en palabras del propio Sanz, era «casi mística». «Cada vez que compartíamos una canción se generaba un ambiente de respeto, de admiración, de disfrute de los sentidos», ha dicho el cantante en una entrevista con la revista Esquire. Pero lo que más echa de menos no son los escenarios, sino esos trayectos nocturnos en los que Antonio lo llevaba a casa después de alguna reunión entre amigos: «Ahí teníamos conversaciones que atesoro como joyitas en forma de recuerdo».
Antonio Flores durante un concierto. (Foto: Gtres)
En ese mismo homenaje, Sanz ha definido a Flores como un «último mohicano», un «lobo solitario» con un alma transparente, sin maldad, y un talento natural para convertir la sencillez en arte. «Era honesto, cariñoso y leal», remarca. También ha reconocido que una de sus canciones más emblemáticas, Amiga mía, tiene como origen un triángulo amoroso en el que Antonio tuvo un papel protagonista. Según confesó el productor Miguel Ángel Arenas, la canción narra la historia real de Irene Chamorro, quien estaba enamorada de Antonio, pero recurría a Alejandro para desahogarse cuando no era correspondida. Aunque nunca le reveló directamente que el tema hablaba de ella, Irene acabó dándose cuenta. «Como un bobo esperaba que se emocionara, pero solo me dijo: Qué inteligente, qué sabio, que has hecho una canción de una historia mía’. Y eso me sentó fatal», admite Sanz, que transformó su frustración en la segunda parte del tema, una bronca en forma de letra.
El cariño de Alejandro Sanz hacia la saga de los Flores ha sido constante con los años. En el 25 aniversario de la muerte de Lola, escribió un texto lleno de poesía y admiración, en el que hablaba de la matriarca como «una mujer a la que le caían las frases del alma». En ese mismo homenaje, rememoraba las icónicas palabras «si me queréis, irse» como una mezcla de súplica, humor y verdad universal.
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Hoy, con 56 años y una carrera consolidada, Sanz sigue cargando con la culpa de no haber respondido a la última llamada de su amigo. Lo cuenta no como una confesión de cara a los medios, sino como una lección íntima sobre lo efímero de la vida, la importancia de estar presentes y el dolor que dejan los silencios. «Hay cosas que se te clavan sin hacer ruido. Yo me arrepentiré siempre de no haber ido ese día», concluye. Y con esa frase, deja claro que, más allá de la fama, los discos y los premios, hay heridas que ni el tiempo, ni la música, logran cerrar del todo.