Lo que no sabías sobre Chloe Lattanzi, la hija de Olivia Newton-John que sigue los pasos de su madre

El lunes, 8 de agosto, acababa de la peor manera en el panorama cinematográfico internacional. La emblemática protagonista de Grease, Olivia Newton-John, fallecía a los 73 años tras una dura lucha contra el cáncer de mama. Una triste noticia de la que se hizo eco su marido, John Easterling, en el que dejaba entrever que, tanto él como el resto de familiares de la actriz estaban sumidos en la más absoluta tristeza tras la inesperada pérdida.

Entre los más allegados de la difunta intérprete está su única hija, Chloe Lattanzi, que aunque ahora se queda huérfana de madre, ha aprovechado sus años en vida para aprender al máximo de ella y coger así su testigo en la gran pantalla. Y es que, si hay una alumna que ha seguido con atención la evolución de Olivia tanto en lo personal como en lo profesional es su hija, la cual nació el 17 de enero de 1986 en Los Ángeles, fruto del matrimonio de la actriz con su compañero de profesión, Matt Lattanzi. Los caminos de la que fuera pareja se cruzaron durante el rodaje de la película Xanadú, habiendo permanecido inseparables durante 15 años y poniendo el broche de oro a su romance con el nacimiento de su hija. Después, y aunque decidieron continuar con sus vidas por separado, tanto Matt como Newton-John disfrutaron de una muy buena relación amistosa de la que Chloe se ha mostrado orgullosa en un sinfín de ocasiones.

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A día de hoy y a sus 36 años, Chloe cuenta con una impecable trayectoria profesional en diversos ámbitos, habiéndose desenvuelto a la perfección como actriz, cantante e incluso modelo. Por si fuera poco, en sus ratos libres desempeña otro hobbie que no es otro que el cuidado de su granja legal de marihuana, ubicada en Oregón y de la que se hace cargo junto al actor James Driskill, quien, además de ser su socio, es su pareja sentimental. De hecho, ha podido saberse que Olivia consumió cannabis como perfecto tratamiento medicinal para mitigar los dolores que le ocasionaba la enfermedad que padecía y que finalmente acabó con su vida.

Aunque ahora tan solo quedan en el recuerdo los buenos momentos que madre e hija vivieron, y que son muchos dada la estrecha relación amistosa que existía entre ellas, lo cierto es que Chloe ha pasado por diversas situaciones a lo largo de su vida que causaron verdadera preocupación a su progenitora. La hija de la intérprete sufrió anorexia y bulimia, además de una depresión severa ocasionada por su obsesión por tener un físico que fuera aparentemente perfecto para ella, lo que también le ha llevado a someterse a alguna que otra cirugía estética. Por si fuera poco, también ha experimentado ciertas adicciones a las drogas, al alcohol o a las bebidas energéticas, habiendo permanecido en centros de rehabilitación para zanjar todos los demonios que la atormentaban, y que ella misma ha achacado en más de una ocasión a la fama de su madre y al entorno celeb en el que tuvo que crecer.