Lula vuelve al poder en Brasil 12 años después y tras enfrentarse a 17 procesos por corrupción

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Rafael Gallego

Lula da Silva vuelve a la presidencia de Brasil. El candidato de la extrema izquierda populista volverá a ser el máximo mandatario del mayor país de Sudamérica tras imponerse en la segunda vuelta de las elecciones este domingo ante el conservador Jair Bolsonaro por una diferencia, de nuevo, mucho menor de lo que todas las encuestas apuntaban. Vencedor, al fin y al cabo, volverá a Brasilia para un segundo mandato después de una primera etapa, entre 2003 y 2010. Tras aquella época, Lula pasaría 580 días en prisión después de haber sido condenado por corrupción en la Operación Lava Jato, un escándalo de pagos a políticos por parte de Petrobras. Recientemente, fue absuelto por el Supremo Tribunal Federal por motivos procesales -se estimó que no se le habían respetado sus derechos durante el juicio-, por lo que tuvo vía libre para volver a presentarse a las elecciones.

Repitiéndose el mismo guion que durante la primera vuelta del pasado 2 de octubre, Bolsonaro fue en cabeza durante buena parte del recuento hasta que, cercano al 70% del escrutinio, Lula -de la izquierda revolucionaria del Partido de los Trababajdores (PT)- se puso en cabeza. De nuevo, con un resultado mucho más ajustado de lo que la gran mayoría de encuestas habían vaticinado.

Estas cifras cierran una tensa campaña de violencia política y polarización para un país que sale muy dividido y con un presidente que tendrá 77 años cuando asuma el cargo. Será su tercera legislatura en el poder tras sus dos mandatos entre 2003-2010.

Lula se ha enfrentado a hasta 17 causas judiciales tras su primera etapa en el poder, durante la cual la corrupción se convirtió en moneda de uso común en la política brasileña. El dirigente izquierdista salió libre de todas ellas, a día de hoy, a pesar de las condenas que recibió en su día. Todos los casos están cerrados, en ocasiones por fallos procesales.

Las tramas corruptas del PT

A pesar de que, por diferentes motivos, Lula quedase libre de sus 17 procesos, la corrupción fue moneda de uso común durante la anterior época de la izquierda revolucionaria en el poder. El Partido de los Trabajadores montó un entramado de corrupción en torno a la petrolera brasileña Petrobras con millonarios sobornos repartidos entre los dirigentes de la empresa y políticos: lo que sería investigado en la Operación Lava Jato.

En otro escándalo, en el año 2004 el diario Folha de São Paulo denunció que el PT había comprado favores políticos para obtener apoyos en el Congreso, desviando unos 40,5 millones de euros para garantizar la estabilidad de su gobierno. Fue el conocido como caso Mensalao, «gran mensualidad» en portugués.

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