La asombrosa expedición de Nansen y Johansen al Polo Norte

A bordo de la goleta Fram, Fridtjof Nansen se aventuró en un viaje histórico cuyo objetivo era llegar hasta el Polo Norte. El plan era dejar que la robusta y pequeña goleta Fram quedara atrapada en el hielo y se desplazara con las corrientes por una ruta conocida. Sin embargo, el plan no funcionó y el explorador decidió seguir el viaje con trineos, junto a uno de los tripulantes, Hjalmar Johansen.

Fridtjof Nansen, el médico explorador

Fridtjof Wedel-Jarlsberg Nansen (1861- 1930) fue un médico explorador considerado una de las personalidades más destacadas en la historia de Noruega. Fue también diplomático y premio Nobel de la Paz.

Nansen se recibió de doctor en la Universidad de Christiania en 1881 y ese mismo año realizó su primer viaje a Groenlandia a bordo del Viking. Su segundo viaje fue en 1888 y en esa oportunidad atravesó la península de este a oeste a unos 65° Norte. Al año siguiente, comenzó a planificar un viaje mucho más ambicioso: llegar al Polo Norte.

El viaje de la goleta Fram

Gracias a una subvención del gobierno noruego y a diversos apoyos económicos, el explorador aprovisionó la pequeña goleta Fram para un viaje de 5 años y, con solo 12 tripulantes, zarpó de Christiania en junio de 1893.

El plan era llegar al archipiélago de Nueva Siberia y dejar que la goleta quedara atrapada en el hielo, lo que le permitiría seguir una ruta conocida hacia el Polo.

Durante tres años no hubo noticias de Nansen ni del Fram. La goleta había sido atrapada por el hielo y llevada por la corriente hasta los 84° 4′ Norte. Pero llegado un momento, no avanzaba, e incluso parecía que retrocedía hacia el sur. Después de pasar otro invierno atrapado, Nansen decidió emprender el viaje hacia el polo Norte, con trineos.

La expedición de Nansen y Johansen al Polo Norte

El acompañante que Nansen escogió para el viaje fue Hjalmar Johansen. Juntos partieron el 14 de marzo de 1895, llevando consigo 3 trineos, 2 kayacs, 28 perros y provisiones para 110 días.

Desde el primer día, los viajeros encontraron innumerables dificultades, pero siguieron adelante pese a todo, arriesgando su vida a cada momento. A solo 360 kilómetros del polo, sus relojes no funcionaban y no podían establecer de forma precisa su ubicación, pero además habían matado a sus últimos perros, su ropa estaba hecha jirones y se alimentaban de las focas y los osos polares que podían cazar.

Finalmente, después de 461 días de viaje, los viajeros se toparon, como por milagro, con la expedición de Frederick Jackson, que exploraba la Tierra de Francisco José. Con su ayuda, llegaron a Tromsö el 27 de agosto de 1896, un día después que el Fram, que había sido liberado por el hielo.

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