Vinicius Junior ha perdido su brillo donde más lucía, en la Champions. El brasileño firmó un partido tremendamente pobre contra el Arsenal en la ida de los cuartos de final de la máxima competición continental. En la línea de sus compañeros, salvado especialmente a un Courtois que fue el único que estuvo a la altura del escudo del campeón de Europa, estuvo muy lejos del nivel que se le debe exigir a un jugador de su potencial. Uno de los tres mejores futbolistas del planeta.
Mbappé y Rodrygo, sus compañeros de ataque, tampoco estuvieron especialmente brillantes. Uno, el francés, falló la única ocasión clara de la que gozó el Real Madrid, mientras que el otro, el brasileño, pasó por el Emirates como que va a darse una vuelta por la mañana al parque de El Retiro. Pero los números de Vinicius, por lo que significa, por lo que siempre aporta en noches como esta, son todavía más sangrantes.
Vinicius hizo un total de cero regates ante el Arsenal, no remató a portería ni una sola vez, sólo ganó uno de los seis duelos que intentó, tocó 37 veces la pelota y la perdió en 18 ocasiones. En definitiva, un rendimiento muy alejando de un jugador que siempre ha marcado la diferencia en noches como la del Emirates.
La imagen de Vinicius en la ida de los cuartos de final de la Champions fue tremendamente pobre. Mala. Muy alejada de esa versión superlativa que se le ha visto en tantísimas ocasiones en noches en las que los focos le apuntan. Sin ir más lejos, la temporada pasada, cuando fue determinante en las semifinales de la Champions contra el Bayern o en las dos finales de la máxima competición continental que ha disputado, donde vio gol en ambas.
El partido de Vinicius fue malo, pero ahora tiene una nueva oportunidad. El fútbol siempre te tiende la mano para volver a intentarlo. El próximo miércoles, en el estadio Santiago Bernabéu, la presencia del brasileño será determinante para que el Real Madrid intente una remontada que se antoja complicada, pero que lo intentarán. Y para ello, Vini, el que tantísimas veces se ha echado el equipo a la espalda, deberá dar un paso al frente.