Mundial de Clubes: PSG-Real Madrid

«Me veo en los cromos con la camiseta del Madrid y no me reconozco»: Luis Enrique, el enemigo eterno

Luis Enrique siendo una de las figuras más denostadas por la afición del Real Madrid

Siempre ha rechazado su etapa en el conjunto blanco

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Luis Enrique
Luis Enrique, en el banquillo del Barcelona. (Getty)

Otra vez Luis Enrique. Otra vez el Real Madrid. Posiblemente, el asturiano sea el jugador más odiado por la afición madridista -junto a Pep Guardiola- desde que decidió cambiar la capital de España por la Ciudad Condal. En 1996, tras cinco temporadas recorriendo la banda izquierda del Santiago Bernabéu, fichó por el Barcelona, donde se convirtió en uno de los grandes referentes del club azulgrana y donde no dudó en mostrar públicamente su animadversión hacia su ex equipo.

De hecho, dejó una frase para la posteridad en una rueda de prensa de aquel año que reflejaba claramente su distanciamiento con el Real Madrid. «Me veo en los cromos con la camiseta del Real Madrid y no me reconozco», afirmó entre risas mientras vestía el polo del Barça.

Con el paso del tiempo, ese rechazo hacia la entidad blanca se ha moderado, hasta el punto de declarar recientemente que no tiene nada en contra del club merengue, aunque siempre se ha confesado culé.

Ahora, los caminos de Luis Enrique y el Real Madrid vuelven a cruzarse en las semifinales del Mundial de Clubes que se celebra en Estados Unidos. El MetLife Stadium de Nueva Jersey será testigo del noveno enfrentamiento entre ambos. Hasta la fecha, el balance favorece ligeramente al técnico asturiano: cuatro victorias, tres derrotas y un empate.

Una traición para la historia

Luis Enrique disputó 241 partidos oficiales con el Real Madrid entre 1991 y 1996. Futbolista de fuerte carácter, gozaba del cariño de buena parte del madridismo, cariño que se transformó en un abierto rechazo cuando, al finalizar su contrato, decidió marcharse al eterno rival. Fue autor de un gol inolvidable en el 5-0 al Barça en enero de 1995, pero un año más tarde fue fichado por Johan Cruyff. Sin embargo, el técnico holandés nunca llegó a entrenarlo, ya que fue cesado por el presidente Núñez apenas un mes antes de que el jugador aterrizara en el Camp Nou.

El odio cambió automáticamente de acera. Ese carácter indomable que siempre ha caracterizado a Luis Enrique le ganó rápidamente el corazón de la afición del Barcelona, al mismo tiempo que alimentaba el rechazo de un madridismo que, aún hoy, lo tiene entre sus figuras más denostadas.

La polémica por su «traición» estalló en plena temporada. El 21 de marzo de 1996 fue sorprendido en Barcelona pasando un reconocimiento médico. Aún le restaban tres meses de contrato con el Real Madrid, y los rumores que apuntaban al interés del conjunto azulgrana se confirmaron ese mismo día. Justo cuando el técnico blanco, Arsenio Iglesias, había dado descanso a la plantilla. Hasta entonces, su relación tirante con el club no había mermado su imagen pública entre la afición, pero tras aquel episodio, su nombre quedó maldito en el entorno blanco.

Entre 1996 y su retirada en 2004, Luis Enrique jugó 333 partidos oficiales con el Barcelona. Desde Bobby Robson hasta Frank Rijkaard, todos los entrenadores que pasaron por el banquillo del Camp Nou durante aquellos agitados ocho años lo consideraron un futbolista clave. Y él, por su parte, nunca lo ha dudado: jugar en el Barça fue, en sus propias palabras, «lo mejor» de su carrera.

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